Sonrisas y lágrimas
Los cambios de etapa siempre tienen algún rasgo que los caracteriza. El que se consumó ayer lo hizo por las sonrisas de los que entran y las lágrimas de los que se van. Ya sea porque consideran que han sido tratados injustamente, por la emoción del momento o porque saben que difícilmente volverán a estar tan alto.
En la Consejería de Educación reinaron las carcajadas. Las del consejero José Ciscar porque asume una macrocartera que tendrá dinero y competencias. Y las de su antecesor porque salva su estatus en la Mesa de las Cortes y sale vivo de un departamento que nunca fue de su agrado. Alejandro Font de Mora no ocultó su alegría porque es el retrato número 10 de la "modesta galería de consellers", que él mismo se ha inventado en el pasillo de ladrillo caravista que va desde su despacho a la sala de prensa de la Consejería.
Manuel Cervera se emocionó al despedirse de sus colaboradores
En la Consejería de Educación reinaron las carcajadas
"Ja el dia ha arrivat. Así comienzan los pregones en mi pueblo", dijo sonriente, "es el momento de irse". Al final de un largo discurso de citas y recuerdos, de "gracias" y "perdones", en sus diferentes versiones, salpicadas de un radiante humor por irse de vicepresidente a las Cortes, Font de Mora subrayó: "Me voy, y con mi propio pie". Y así lo hizo, con un saltito.
Nada que ver con lo que sucedió minutos después en la Consejería de Sanidad. En la despedida de Manuel Cervera lo que hubo fue mucho sentimiento. "He cogido una botella de agua porque me conozco...", comentó nada más tomar la palabra. Y sabía lo que decía. Tuvo que echar mano al agua en varias ocasiones para deshacer el nudo que la emoción le puso en la garganta. Especialmente cuando recordó a su equipo más cercano. O cuando se dirigió a Vicente Rambla, que acompañó en este momento tan especial a Cervera y también se emocionó en la vuelta a la que fue su casa, donde recibió muestras de afecto de los trabajadores de la consejería.
"Me voy porque creo que los políticos deben de dar su máximo hasta vaciar las pilas, momento en el que hay que retirarse en silencio", comentó Cervera entre aplausos en un vestíbulo lleno hasta los topes. Entre toda la gente no estaba el presidente de las Cortes, Juan Cotino, que ha asistido a la mayoría de las restantes tomas de posesión. Solo una consejera, Isabel Bonig, fue testigo de la entrega de la cartera a Luis Rosado. Tampoco hubo el despliegue de cargos del PP que asistió a los actos de Economía o Hacienda.
En la Consejería de Turismo las lágrimas fueron las que marcaron la llegada de Lola Johnson y las despedidas de Belén Juste y Trinidad Miró.
En Infraestructuras, Isabel Bonig escuchó de Juan Cotino palabras de recuerdo para el fallecido José Ramón García Antón. "Desde el cielo nos ayudará", dijo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.