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Los vecinos de La Fe presionan a Sanidad con más de 20.000 firmas

Los barrios cercanos al hospital valenciano preparan otra protesta para el 14-J

Pablo Ferri

Un grupo de vecinos de los barrios cercanos al antiguo hospital La Fe de Valencia depositaron ayer 20.360 firmas en el registro de entrada de la Consejería de Sanidad. Son firmas contra el cierre del centro, que cubría las necesidades de los barrios de Campanar, Tendetes, Benicalap o La Parreta. Con la apertura del nuevo hospital La Fe en el barrio de Malilla, los vecinos se ven ahora obligados a cruzar toda la ciudad para ir a Urgencias o ver al especialista.

"Queríamos que esta fuese la primera tarea del nuevo consejero", apuntaba ayer Leonor Benet, delineante de 39 años de Benicalap. Hace unas tres semanas, el recién nombrado consejero de Sanidad, Luis Rosado, se reunió con la confederación de asociaciones de vecinos de la Comunidad Valenciana. Entre otros temas, Rosado y los vecinos hablaron de la creación de un grupo de trabajo que "estudiase el plan director del antiguo La Fe". Lo recordaba ayer Antonio Pla, vicepresidente de la federación de asociaciones vecinales de Valencia. "No le pareció mal", rememoraba Pla, "además, el Consejo de Salud [órgano de consulta de Sanidad], ya aprobó en mayo la necesidad de crear esta comisión".

"Ir hasta la nueva Fe cuesta 40 minutos con el autobús 64", dice Miguel
"Que venga el consejero y vea, yo le pago el billete", anima Teresa

A la espera del consejero Rosado, los barrios ya preparan la siguiente protesta. Después de dos manifestaciones multitudinarias en mayo y junio, los vecinos organizan ahora una cacerolada para el 14 de julio. Hasta entonces, seguirán con la recogida de firmas y estudiarán diferentes posibilidades para fortalecer la protesta. De momento, un representante de la coordinadora vecinal de Mislata que protesta contra el desmantelamiento del antiguo hospital Militar acompañó ayer a los de Campanar con la intención de juntar fuerzas y generar un frente común ante Sanidad. Además, los vecinos de Campanar y los barrios de alrededor ya contactaron con la Asociación en Defensa de un Hospital Infantil en La Fe (Adehi) hace unas semanas para ayudarse mutuamente. En este sentido, Adehi se concentra hoy, a las 13.30, frente al nuevo complejo. Los médicos de Infantil y demás personal laboral critican así la política del hospital y la pérdida de calidad que, aseguran, está causando.

La situación en Campanar ha cambiado mucho desde el traslado de la masa hospitalaria de La Fe al complejo de Malilla en febrero pasado. Los gorrillas han desaparecido ante la falta de actividad, miles de ciudadanos han dejado de acudir al antiguo centro de Campanar y otros tantos vecinos del entorno viajan al nuevo, perjuicios incluidos. "Es que ahora tardamos 40 minutos en llegar con el [autobús] 64", lamentaba ayer Miguel, vecino de Marxalenes. "El consejero [saliente, Manuel] Cervera decía que en 15 minutos se podía llegar con la línea orbital, pero es mentira", añadía Teresa Ruza, ama de casa de 68 años de Benicalap. "Con el tráfico normal cuesta más de 30. Y eso lo tienes que sumar a lo que te cuesta llegar a la parada", añadió. Con seguridad, Teresa invitó al nuevo consejero a acompañarles en un recorrido ordinario al nuevo hospital, "a ver cuánto tardamos". "Yo le pago el billete", concluía irónica.

Además, los comercios de la zona sufren igualmente las consecuencias del traslado. José Antonio, que regenta un bar frente al viejo complejo, reconoce que ha tenido que despedir a ocho trabajadores en las últimas semanas por falta de trabajo. "Estamos con lo justo, vamos a cerrar por vacaciones y no sabemos si volveremos abrir a la vuelta", asumía apenado.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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