Una austeridad cosmética

El nuevo Consell, una vez cumplido el trámire del juramento o promesa de sus integrantes, arrancó con una austeridad cosmética. Desaparecen tres consejerías respecto al anterior Gobierno, pero solo tres de las 21 secretarías autonómicas anteriores. En el segundo escalón habrá 18 secretarías autonómicas.

"Los buenos marineros solo se hacen en la tormenta, propongo que os convirtáis en excelentes marineros", les dijo el presidente de la Generalitat a sus consejeros en la toma de posesión celebrada en el Palau de la Generalitat. De momento, a falta de ver qué sucede con las direcciones generales de las consejerías, les ha ofrecido un navío en condiciones, en el que la reducción de las secretarías generales es menor.

"Los buenos marineros solo se hacen en la tormenta"

Y es que la poda del primer nivel de la Administración valenciana arranca con más imagen que contenido y una legislatura tarde en comparación con lo realizado por la presidenta popular Esperanza Aguirre en Madrid.

En el Gobierno regional madrileño, Aguirre rebajó las consejerías de 15 a 12 en junio de 2008, suprimió nueve meses más tarde la cartera del consejero de Deportes -tras ser imputado en el caso Gürtel- y en la primavera de 2009 eliminaba otras dos carteras hasta quedarse en nueve. Ahora, tras la constitución del nuevo Gobierno madrileño, el número de consejerías ha quedado reducido a ocho, que gestionarán un presupuesto anual de 16.724 millones de euros con los que prestar servicios a 6,5 millones de madrileños.

El Consell, que en 2007 arrancó con 14 carteras, tenía 13 consejerías desde la muerte de José Ramón García Antón. Ahora quedan en 10 porque, según explicó Camps, no se entendería un Consell sin las consejerías de Agricultura, pese al cada vez más reducido peso del sector primario, y Gobernación, que se queda solo con las competencias de lucha contra los incendios y catástrofes naturales.

La decena de carteras del Consell tendrán que gestionar algo más de 16.000 millones para prestar servicios a 5 millones de valencianos.

"Venís a una situación concreta, a un compromiso determinado y se espera de vosotros, y de mí, que estemos a la altura de las circunstancias", les dijo Francisco Camps a sus nuevos consejeros, a los que instó a que no pierdan tiempo en plantear escenarios distintos al momento actual, que requiere "ahorro y eficiencia".

En el acto, el jefe del Consell agradeció a los consejeros salientes la labor realizada, pese a las caras de malestar en la mayoría de ellos. Los nuevos juraron todos el cargo, excepto el titular de Hacienda y Administraciones Públicas, José Manuel Vela, que prometió su puesto.

De los 10 consejeros, seis utilizaron la fórmula en valenciano (José Manuel Vela, José Ciscar, Isabel Bonig, Maritina Hernández, Lola Johnson y Serafín Castellano). Los otros cuatro (Paula Sánchez de León, Jorge Cabré, Enrique Verdeguer y Luis Rosado) lo hicieron en castellano.

Al final del acto sonó el himno oficial de la Comunidad Valenciana, compuesto por el maestro Serrano, y que carece de letra oficial. Para sorpresa de pocos, tras los primeros compases el presidente de la Generalitat y buena parte del Consell y de los asistentes se arrancaron con la letra escrita por Maximiliano Tous antes de posar para las cámaras.