Descargas gallegas de jazz latino
Un proyecto de música improvisada en directo reivindica la esencia de la salsa
Cada último martes de mes, en la mítica Sala Garufa, en el casco histórico de A Coruña, se repite desde enero una pequeña revolución musical: animadas y frescas jam sessions de latin jazz. O dicho en versión castellana, descargas improvisadas en riguroso directo de aquella fusión del jazz y la música latina, fundamentalmente cubana y puertorriqueña, que nació en Nueva York en los años cuarenta de la unión de los ritmos y talentos de músicos afroamericanos y caribeños emigrantes.
En Galicia, también hay ahora consolidados jazzistas y, entre la comunidad emigrante, intérpretes latinoamericanos "de primer nivel pero sin oportunidad de expresar su música". Así surgió la idea de aliar talentos entre músicos de todas las procedencias. Bajo la batuta de la asociación gallega de percusionistas Cumbe y del gallego Rubén Montes, licenciado en la escuela de música de Rotterdam, la única de Europa con la carrera de percusión latina, cada mes se reproducen a escala gallega aquellos exitosos experimentos musicales que, del otro lado del Atlántico, dieron lugar a la salsa en esencia pura, antes de su degeneración en reguetones y otras derivas horteras. Y el proyecto funciona.
Artistas locales y emigrantes participan en las sesiones
"De lo que se trata es de dignificar un estilo que ya no se practica"
Unos 15 músicos de distinta generación, estilo y procedencia se dan cita cada mes en el diminuto escenario del Garufa para protagonizar endiabladas sesiones improvisadas de música en estado puro. Esta noche, día de la Fiesta de la Música, una decena protagonizará un concierto improvisado en el Imaxinasons de Vigo. Y el próximo martes, día 28, cerrarán la temporada hasta el otoño con otra gran sesión de música en directo reviviendo aquellos tiempos en los que Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Herbie Man, Mario Bauza, Machito, Tito Puentes, Chano Pozo o los Valdés, Chucho y Bebo, hicieron historia con sus alianzas afrocubanas y americanas de jazz criollo y salsa neoyorquina.
Se trata de "recuperar y dignificar una forma de música latina que ya no se hace" porque la reventó la industria y los imperativos comerciales del mercado, explica uno de los artífices de estas descargas (jam sessión, en versión castellana) latinas en Galicia, Javier Ferreiro Man. Percusionista de Luar na Lubre, reivindica que con estas reuniones improvisadas de músicos de Galicia se pretende "engendrar algo no solo musical sino también social". Lo relaciona directamente con el movimiento de indignados que recorre España en estos días. "Se trata de dar valor a lo que uno hace, de reconocer al individuo y la calidad de la música en directo, más que al valor económico de las cosas", dice Ferreiro. Este proyecto en Galicia pretende ser también "una forma de rebelión" contra la industria que, por motivos exclusivamente economicistas, explica, "acabó por pervertir y degenerar una fruta tan sabrosa como es la salsa", aquella de los años 70 que nació de la jazzificación del chachacha, el son o el mambo.
Es como volver a la esencia de una música "que se pervirtió tanto que acabó por no reconocerse a sí misma", asiente el saxofonista Pepe Doré, uno de los dueños del Garufa. La elección de la sala, una de las pocas en A Coruña con una consolidada y variada programación cultural, tampoco fue casualidad. Entronca con el espíritu de un proyecto que también pretende huir de esas programaciones y demás eventos musicales concebidos solo por intereses económicos, subraya Man. Las descargas de latin jazz en el Garufa son gratuitas. Y a músicos como Miguel Cabana, Miguel Queixas, Sergio Delgado, Quique Alvarado o la cantante Lucía Souto, se alían en estas improvisaciones de gran frescura y energía excelentes intérpretes latinos afincados en Galicia. Hay espacio e interés por todo, incluido el djembé de Senegal o los bongos de Cuba.
Durante el parón del verano, los promotores del evento tratarán de bautizar la marca y darle un nuevo impulso, ya más asentado. Incluso cuenta con una especie de himno propio, una versión renovada del tema salsero de los Doré El rey del Güachismen, dedicado al histórico batería de Los Tamara Antonio Cruz Arévalo, más conocido como Perillo.
Toda una declaración de intenciones de continuar y consolidar, pero sin ataduras, estas descargas de latin jazz que ya llamaron la atención de algún empresario cultural, deseoso de sacar partido a un proyecto que atrae al público. "Todo es sostenible si no nos dejamos pervertir", replica Ferreiro al explicar que se rechazó de plano la oferta. No les interesa, sólo quieren que el proyecto siga creciendo sin perder su esencia, en pequeños escenarios sin florituras, "ni grandes luces, ni bailarines" ni otros accesorios que desvíen la atención de lo realmente importante: jazz latino en estado puro.
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