'Presidente' González
El 'número dos' de Aguirre maneja todos los resortes del poder y fulmina a sus enemigos
Esperanza Aguirre acaba de ser investida presidenta de la Comunidad de Madrid por tercera ocasión consecutiva. Lleva al frente de la región desde 2003. Controla todos los detalles con mano de acero. Se entromete en los asuntos más nimios de cualquier consejería, hasta el punto de llegar a dejar en ridículo a sus responsables si llega el caso. Acapara los focos y los titulares.
Pero tras la alargada sombra que refleja Aguirre se oculta Ignacio González. No es solo su número dos. El vicepresidente regional controla todos los resortes del poder en la región. Nadie accede a la presidenta sin que él lo sepa. No hay cuestión que se decida en la sede del Gobierno autónomo, en la Real Casa de Correo, sin que lleve su visto bueno. Aguirre confía en él y recompensa su lealtad. Es el único miembro del Gobierno regional que acompaña a la presidenta desde la primera legislatura. El nuevo Ejecutivo que ha dibujado Aguirre tiene su sello. Es el presidente en la sombra.
El niño mimado de la presidenta es temido y admirado por los altos cargos de la Administración regional. Lleva con Aguirre desde la época en que ella era concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid.
González elimina enemigos con la misma facilidad que los genera. Cualquier miembro del Ejecutivo regional que ose oponerse a él termina haciendo las maletas.Prueba de ello fueron las salidas del exconsejero de Justicia, Alfredo Prada; la del exconsejero de Sanidad, Juan José Güemes; o la más reciente y llamativa, la exclusión de Francisco Granados, exconsejero de Presidencia Justicia e Interior, del nuevo Gobierno regional. Durante años han mantenido un pulso con todos ellos por controlar el poder interno de la Comunidad de Madrid. González siempre ha salido victorioso. Es el director de orquesta en los consejos de Gobierno. El resto de consejeros despachan con él antes de lidiar con la presidenta, cuentan fuentes del Ejecutivo regional. Le piden consejo para colar cuestiones en el consejo.
Pero la gestión de González está repleta de claroscuros. Es el presidente del Canal de Isabel II, la empresa pública que la oposición de Madrid señala como origen de asuntos polémicos. Prueba de ello, fueron los seguimientos que sufrió el vicepresidente durante un viaje a Colombia con una delegación del Canal. Fue grabado con cámaras ocultas y se elaboraron varios dosieres sobre sus movimientos. Paralelamente estalló el caso del espionaje a políticos del PP en Madrid. El asunto nació en la consejería que ocupaba Granados, quien contrató a los tres exguardias civiles que la Audiencia Provincial investiga por malversación de fondos. Pero poco a poco el caso de los espías fue desplazándose hasta Sol, sede del Gobierno regional. El supuesto jefe de los espías, Sergio Gamón, fue contratado a dedo por Esperanza Aguirre. Su exesposa, Yolanda Laviana, aseguró a este diario que "desde 2006 ya investigaba a Prada para Ignacio González". Laviana, que mantiene un contencioso con Gamón a cuenta del divorcio, sostiene que escuchó conversaciones de su exmarido con González reportándole informes sobre diferentes investigaciones.
Durante esa época se conoció que la cúpula de la Comunidad de Madrid manejaba una red de teléfonos móviles prepago que cambiaban cada semana para evitar ser pinchados. Esta estrategia de comunicación fue ordenada por el vicepresidente regional, según diversas fuentes. Entonces aparecieron también varios dosieres sobre su patrimonio e información sobre concursos en los que participó el número dos del Gobierno regional. González acudió a la justicia para denunciar sus seguimientos y el origen de los informes.
Cansado de todas las intrigas de la Comunidad de Madrid, en 2009 González decide saltar a la empresa privada y prepara la toma de la presidencia de Caja Madrid. Durante meses encuentra la oposición del Ayuntamiento de Madrid, controlado por Alberto Ruiz-Gallardón. Llegó a negociar con sindicatos y la oposición su nombramiento. Pero a última hora, el presidente de su partido Mariano Rajoy coló a Rodrigo Rato, un hombre con demasiado peso en el partido. Incluso para él. El frustrado asalto a la presidencia de Caja Madrid le desgastó mucho. Para suavizar su imagen, Aguirre le otorgó las carteras de Cultura y Deportes.
Durante los últimos meses las desavenencias entre González y Granados se habían intensificado. Hasta que Aguirre decidió acabar con los frecuentes pulsos entre ambos dirigentes antes de las elecciones. Otorgó a González todo el poder para decidir las candidaturas de su partido en Madrid, pese a que Granados era el secretario general del PP de Madrid. Poco después se conoció la enfermedad de Aguirre, que fue operada de cáncer de mama. Durante su convalecencia, González ostentó la presidencia en funciones de la Comunidad de Madrid. Una vez más el hombre fuerte de Aguirre sale reforzado con el esquema del nuevo Gobierno regional.
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