La niña que iba en hipopótamo a la escuela
Descubrimos a Ogawa en El embarazo de mi hermana, novela impactante y final helador no exento de una ironía de la que no hemos dejado de disfrutar en la exitosa La fórmula preferida del profesor o la algo lenta Perfume de hielo. En La niña que iba en hipopótamo a la escuelala excusa para contarnos su infancia setentera es Tomoko, una huérfana de padre con una madre pobre, obligada a dejarla con unos familiares mientras ella estudia en Tokio. La autora opta por enmarcar sus recuerdos y a Tomoko en un entorno un tanto bizarro: una familia japo-alemana con zoo casero, abuela germana que habla poco y entiende menos, una prima obsesionada con las cerillas y un hipopótamo, que la protagonista usa con sorprendente normalidad como medio de transporte. Nos sentimos en una suerte de Cuéntame japonés con hipopótamo al fondo, un ágil repaso de los hits del momento, con esa mirada desprejuiciada de lo cotidiano y de lo trágico que sólo la infancia proporciona.
La niña que iba en hipopótamo a la escuela
Yoko Ogawa
Traducción de Yoshiko Sugiyama
Funambulista 2011 18
416 páginas. 18 euros
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