El PP reconoce ahora que no sabe si podrá reducir sueldos en todos los municipios
Feijóo prometió en campaña suprimir un tercio de dedicaciones exclusivas
Un argumento nuevo por cada rueda de prensa. El Partido Popular remasterizó ayer algunas de sus promesas de campaña, ahora que sus 214 alcaldes en las 310 corporaciones constituidas ya han tomado posesión. El compromiso mil veces expresado por el presidente del partido y de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, durante los mítines, de que a diferencia de PSOE y Bloque, los populares sí dejarían gobernar a la lista más votada, no era tal.
Por más que Feijóo y el resto de dirigentes repitieran durante sus actos en que los populares no pactarían en los despachos porque "lo limpio y democrático es respetar la voluntad popular" y que sus acuerdos serían "solo con los ciudadanos y no por detrás en los despachos", el secretario general del PP gallego, Alfonso Rueda, defendió ayer que aquello no era una promesa sino una oferta para que socialistas y nacionalistas hiciesen lo propio. Como no lo siguieron, se entiende que los alcaldes populares tienen manos libres para pactar en cualquier circunstancia. Eso fue por la tarde, antes de comenzar el comité de dirección del PP para analizar los resultados.
La promesa de que gobierne el más votado era "una oferta a PSOE y BNG"
Allí estaba sentado el presidente provincial de Pontevedra, Rafael Louzán, quien por la mañana había calificado como "fraudulentos e ilegítimos" a los gobiernos de Vigo, A Illa de Arousa y Salceda de Caselas donde el PSOE y Bloque se apoyaron respectivamente en las investiduras pero eludieron formar gobiernos conjuntos. Cuando se le planteó la cuestión a Rueda, el secretario general evitó ratificar esas declaraciones, si bien auguró que "en general tomar esa decisión supone que los gobiernos van a ser inestables en un momento en que necesitan la máxima estabilidad". Citó como ejemplo el de Vigo, donde habló de "hurto" al PP. Interpelado sobre por qué un gabinete de Corina Porro en minoría iba a ser más estable que el de Caballero, respondió: "Porque tiene más apoyo popular". Obvió el caso de Sada, donde un candidato del PP con menos ediles que el Bloque se hizo con el bastón de mando gracias al voto del independiente Ramón Rodríguez Ares, que tampoco se implicará en el Gobierno. Y cuando llegó la pregunta sobre Moaña, donde el PP accedió al poder después de que el número dos socialista se negase a apoyar al BNG, tal y como había decidido su partido, despejó la cuestión aludiendo a que la responsabilidad es de "los problemas internos del Partido Socialista". En eso sí coincidió con Rafael Louzán, quien ayer defendió que "el acta de concejal es de cada uno a nivel individual".
En los cuatro minutos escasos de preguntas que respondió Rueda en la sede del PP regional, aún tuvo tiempo para enmendar otro compromiso de campaña. El que repitió Feijóo en la convención de candidatos de febrero, cuando pidió a los aspirantes de su partido que redujesen un tercio las dedicaciones exclusivas y diesen ejemplo de asuteridad al llegar al poder. Ese mandato del presidente regional, que explicitó varias veces en las ciudades, tampoco afectará a todos los ayuntamientos y se matiza: se aplicará "donde exista margen". Si bien el propio Rueda aseguró que lo hay en muchísimos ayuntamientos de Galicia. Ayer mismo, el alcalde electo de Ferrol, José Manuel Rey, no precisó cuántos sueldos por dedicación exclusiva piensa reducir aunque dijo que lo haría, igual que en asesores y personal de gabinete.
Tampoco en Santiago Gerardo Conde Roa ha asumido la instrucción de Feijóo de suprimir un tercio de las dedicaciones exclusivas y cada vez que se le plantea, escabulle la cuestión. En A Coruña, Carlos Negreira espera a la primera junta de Gobierno para explicitar sus planes de ahorro en salarios, coches oficiales y asesores
.Con Información de María Pampín, Paola Obelleiro y Lorena Bustabad.
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