Prestigio a la altura del reto

Alberto Lafuente (Zaragoza, 1954) va a ser el nuevo presidente de la Comisión Nacional de la Energía (CNE). Todo un reto. Tras presidir algo más de un año la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos, Lafuente tendrá que supervisar el mercado energético en un momento crucial para el país, con las energías renovables en la encrucijada, la actividad nuclear en horas bajas, el carbón subvencionado, el lobby eléctrico tan activo como siempre y las batallas empresariales aún en curso.

Pero si el reto es importante, también lo es el prestigio del elegido. Lafuente sabe de energía, conoce el mundo de la empresa, tiene formación, ha circulado por los meandros de la Administración desde principios de los noventa y la política ha formado también parte de su trayectoria. El nuevo presidente de la CNE es catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados. En los años noventa fue subdirector general de Estudios del Ministerio de Industria, director general del Instituto de la Mediana y Pequeña Industria (Impi) y secretario de la Energía. "Vieja guardia" del PSOE, señalan en el partido, donde también se le vincula con el exministro en la época de González, Juan Manuel Eguiagaray.

Una de sus tareas será procurar que la competencia real llegue al sector

Pocas esquinas del negocio energético le son desconocidas. Lafuente conoce por dentro el funcionamiento de los gestores del sistema eléctrico (REE) y gasista (Enagás) y ha tenido contacto con lo que, supone, va a ser el futuro: el desarrollo (incluido el del negocio energético) vinculado a la sostenibilidad y a la ecología. Lafuente ha sido consejero de la Fundación Ecología y Desarrollo y ha participado en sus trabajos.

"La primera vez o una de las primeras veces que [Lafuente] entró en contacto con el mundo eléctrico le pasaron un inmenso tocho sobre el sector. En poco tiempo, lo tenía leído, subrayado y aprendido", asegura un directivo empresarial que lo conoció en Industria. La tenacidad, que roza con el estereotipo del aragonés, la capacidad de análisis y la timidez son algunos de los rasgos que se citan de su carácter.

Va a necesitar de todos ellos. El sector de la energía, reducido, lleno de minas y de aguerridos defensores del espacio conquistado requiere tanto de alguien poco dado a mudar de opiniones como lleno de recursos para formarse las más adecuadas. A Lafuente le espera, sobre todo, la gran tarea de probar que también en el sector de la energía funciona la competencia.