Goldman Sachs, bajo lupa
Una visión crítica del primer banco de EE UU
Ser el principal ganador de una crisis financiera que se ha llevado por delante a buena parte de sus rivales en el sector financiero no sería justificación suficiente para dudar sobre los métodos de gestión de Goldman Sachs. Pero si a ello se suma su extensa y tupida red de contactos políticos y financieros a nivel global y que desde el otoño de 2008 el Banco -con mayúscula, como lo llama el autor- aparece ligado a todos los episodios problemáticos de la crisis mundial, las sospechas se disparan.
El libro arranca con la implicación de Goldman Sachs en la ocultación de la deuda de Grecia, un ejercicio de ingeniería financiera que en última instancia permitió al país formar parte del euro. Uno de sus directivos tuvo que dar explicaciones ante el Parlamento Europeo, donde negó ninguna ilegalidad, pero admitió que habría sido necesario dar más transparencia a su intervención. La banquera que dirigió la operación fue promocionada dentro de la firma.
El periodista Marc Roche recoge muchos episodios como este a lo largo del libro y abona, en cierta medida, la teoría de la conspiración en torno a la entidad, dado el secretismo que rodea buena parte de sus actuaciones y la ambición que ha mostrado la compañía, especialmente en los últimos años. Incluso se pregunta por la posibilidad de que el banco pueda llegar a dominar el planeta. Más allá de lo que se pueda opinar ante las actuaciones de la entidad, Roche recoge una frase del actual presidente del Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, más que significativa: "hago el trabajo de Dios".
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