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Las consecuencias del 22-M

Negreira anuncia una "revisión a fondo" del gasto social en A Coruña

El alcalde del PP impulsará en Ferrol una "simplificación administrativa"

Los seis alcaldes de las ciudades que ayer tomaron el bastón de mando -la investidura en Santiago se retrasa por los recursos de PSOE y BNG- coincidieron en su llamada a apetrarse el cinturón. Las promesas de austeridad centraron los discursos de todos ellos (dos del PP, tres del PSOE y un o del BNG), pero las alusiones más concretas fueron las de los populares Carlos Negreira, en A Coruña, y José Manuel Rey, en Ferrol, que anunciaron una "revisión del gasto social" y una "simplificación administrativa", respectivamente.

- Vigo. En la investidura de Abel Caballero como alcalde de Vigo, con el apoyo del BNG, nada se apartó del guión, ni siquiera la expulsión de cinco indignados que lograron colarse en el salón de plenos. Fue la anécdota de una jornada en la que todos los discursos pivotaron sus compromisos en afrontar la crisis.

Los tres votos que aportó el BNG a la investidura del alcalde socialista "no son un cheque en blanco", insistió el nacionalista Santiago Domínguez, para señalar que "la estabilidad dependerá de que el Gobierno entienda que va a gobernar en minoría y precisará de acuerdos". "Hasta el último segundo reclamo el gobierno para el proyecto del PP", comenzó su turno la candidata popular, Corina Porro, quien auguró que Vigo será "la ciudad más inestable políticamente de Galicia y España" y anunció que su grupo será "implacable con despilfarros inútiles y fantasías irrealizables".

Caballero prometió un gobierno "asentado en el diálogo y el acuerdo", para el que "el BNG será el grupo de referencia". Pidió que "en los temas de ciudad" esté "también el PP", reclamó un golpe de timón en las políticas de la Xunta y antepuso Vigo como "lo primero". "Solo los imbéciles y oscuros que no nos entienden", apostilló inspirado en el Himno Galego, "llaman a esto localismo". Prometió continuar las "humanizaciones" de calles y, como prioridad, la lucha por el empleo y la salida de la crisis con políticas de austeridad. Insistió en que el AVE llegará por Cerdedo "sin la ignominia de pasar por Santiago" y concluyó con un verso de Grândola: "O povo é quen máis ordena".

- A Coruña. Escuchará "a todos", sin dejar lugar "para el resentimiento", ni "respiro para la injusticia social". Con la promesa de regirse por estas tres premisas, tomó ayer posesión Carlos Negreira como alcalde de A Coruña, el primero en democracia de la derecha. En un largo discurso ante un millar de invitados, entre los que destacó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y su "maestro político" José Manuel Romay Beccaría, el regidor insistió en su promesa de gobernar con austeridad para, con ese ahorro, mantener e incluso aumentar el gasto y políticas sociales.

"Quiero que mi mandato como alcalde sea el del progreso y el bienestar social", proclamó Negreira. No habrá recortes sociales, insistió, e incluso prometió ampliar programas instaurados en 28 años de Gobiernos socialistas, como la red de centros cívicos, de escuelas infantiles o las ayudas a domicilio. No habrá recortes, pero sí cambios. Negreira desveló que se propone "revisar a fondo" las políticas sociales para redistribuir los fondos en aras de que "lleguen a quien realmente las necesitan". Lo primero, insitió, es "liberar a los ciudadanos de la pesada carga de sobrevivir a base de programas de ayuda social que los condena a un permanente estado de sumisión". "Depender de una presunta benevolencia institucional no es política social, sino injusticia social", apuntaló Negreira. "La creación de empleo será nuestra más importante política social".

El nuevo regidor se valió de frases Manuel Lugrís, Benedetti y Churchill para llamar a la colaboración de todos: "Os tempos son chegados' y si nos mantenemos unidos, no habrá nada que no podamos lograr". Socialistas y el único edil de Esquerda Unida recogieron el guante al votar en blanco la investidura de Negreira, elegido con los 14 votos de la mayoría absoluta del PP. Los cuatro ediles del BNG votaron a su candidato. En presencia de exalcaldes, incluido el socialista Francisco Váquez, pero en ausencia de su predecesor Javier Losada, Negreira saludó "los aires de cambio que soplan" en A Coruña. Como primer signo, no hubo ni vino ni pinchos.

- Ferrol. "Con humildad infinita" recogió ayer el bastón de mando el popular José Manuel Rey Varela. Una cómoda mayoría absoluta, la primera en la historia de una ciudad difícil de gobernar, hizo de su investidura un paseo con muchos aplausos en un consistorio abarrotado. A los 13 votos de su partido, sumó otro inesperado que le brindó Juan Fernández, líder de Independientes por Ferrol. Este abogado de 35 años, que lleva nueve como edil, se comprometió a poner esa experiencia acumulada "como un tesoro" al servicio de la ciudad para recuperar "el futuro" y la "capitalidad" del norte gallego "sin servilismos ni enfrentamientos estériles". Habló en castellano y en gallego bajo la atenta mirada de Feijóo, y fijó como prioridades la carga de trabajo de Navantia, potenciar el puerto exterior y crear suelo industrial para remontar la crisis y fijar población. Rey Varela anunció una inminente "simplificación administrativa" del Ayuntamiento.

- Ourense. Con el sonido de fondo de los bocinazos de los indignados, el socialista Francisco Rodríguez recibió ayer el bastón de mando de manos del titular de la Diputación, José Luis Baltar, en su condición de presidente de edad de la mesa. Rodríguez obtuvo 14 votos (los once de su grupo y los tres del BNG) frente a los once del PP. Los dos ediles de Democracia Ourensana votaron en blanco. Baltar centró la atención. Primero, expresando abiertamente su sorpresa cuando, en el recuento de los votos, apareció el primero en blanco, que mostró con aspavientos a la corporación. Después, abandonando el salón de sesiones por una puerta lateral para intentar esquivar, sin éxito, a los indignados que lel gritaban: "Baltar, me quiero enchufar".

- Pontevedra. "A grandes males, grandes remedios", adujo el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), en su discurso minutos antes de ser reelegido en el cargo. Lores, que como estaba previsto contó con el apoyo de los ediles socialistas, señaló que se plantea un mandato "rupturista", mediatizado por la crisis y donde el ahorro será capital. "Los tiempos de pujanza económica en los que era fácil caer en la tentación de soñar con ser ricos o con que los ingresos siempre iban a aumentar pasaron a la historia". Lores volvió a hacer guiños al portavoz socialista, Antón Louro, para formar un nuevo bipartito. "El Gobierno de coalición fue refrendado, lo contrario sería ir en contra de la voluntad popular", adujo. El candidato popular, Telmo Martín, asumió que los votantes "eligieron un Gobierno de continuidad".

- Lugo. El socialista Xosé López Orozco se convirtió en el decano de los alcaldes urbanos, camino de su cuarta legislatura. Orozco, con 11 actas, precisó de los apoyos de los dos concejales del BNG para salir ungido regidor frente a los 12 del PP. Fue precisamente una edil popular, Isabel Devesa, la que le entregó el bastón de mando espetándole: "No sé sí lo merecerá". A lo que él respondió: "Ya verás cómo sí". "Nos queda una extraordinaria tarea que es formar un gobierno", se dirigió en su discurso el alcalde a los nacionalistas. "Es innegable que tenemos diferencias, pero seguro que tenemos más cosas que nos unen a favor de la ciudadanía". El socialista también tendió la mano al PP porque "sería de tontos o de estúpidos no tener en cuenta la aportación" de la fuerza más votada.

La información ha sido aportada por Primitivo Carbajo, Paola Obelleiro, Lorena Bustabad, Cristina Huete, Víctor Honorato y Pepe Seijo.

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