Orihuela, en manos de los liberales

Que la candidata del PSPV, Antonia Moreno, consiga ser la alcaldesa de Orihuela está en manos del Centro Liberal Renovador-Claro, que al cierre de esta edición todavía no había decidido si se integraba en un pacto que ya tienen cerrado el PSPV e Izquierda Unida-Los Verdes para conformar un tripartito.

En el supuesto de que Moreno tomara hoy la vara de mando, se produciría un giro copernicano en la política local de la capital de La Vega Baja, en manos conservadoras desde 1987, cuando accedió a la alcaldía Luis Fernando Cartagena.

La salida de Cartagena como primer edil para incorporarse al Gobierno valenciano coincidió con los primeros episodios de corrupción en el consistorio.

El primer caso sonado afectó al mismo Cartagena, acusado de apropiarse de 49.000 euros procedentes de la donación de una orden religiosa al Ayuntamiento.

En 2004, el consejero fue condenado a cuatro años de cárcel por malversación y falsedad. Casi un lustro más tarde, Cartagena ingresó en prisión para cumplir la pena, aunque fue un paso efímero ya que al mes fue autorizado a cumplir la condena en su domicilio. Junto a Cartagena, también fue condenado, aunque sin pena de cárcel, el industrial Ángel Fenoll. El empresario hegemónico en el negocio de la basura en la comarca ha protagonizado en la última década el resto de casos de corrupción de este Ayuntamiento, hasta llegar a la mayúscula trama del caso Brugal.

La génesis de este caso fue un supuesto amaño de la contrata de basura de Orihuela. La investigación mantiene que Fenoll arregló el concurso con ayuda, entre otros, del hermano de la actual alcaldesa Mónica Lorente.

Las relaciones políticas y empresariales de Fenoll y los cargos locales del PP han marcado la vida política oriolana. El continuismo o el cambio penden de la decisión de un partido político que se originó tras una escisión del grupo popular en 1996.