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Columna
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Sociografía de un error

Siendo de izquierda el actual gobierno monocolor del reino (PSOE), la atribución de responsabilidad por la crisis se generaliza desde el socialismo gobernante a toda la izquierda, y tampoco IU, que apenas sube, se salva de esto. Es probable, a modo de hipótesis, que IU hubiera subido más si no hubiera habido crisis. Que la crisis específica del reino proceda, esencialmente, de la Ley del Suelo de Aznar (1998), y la crisis internacional generalizada proceda, sobre todo, de la quiebra (Lehman Brothers) de un cierto modelo de gestión financiera de raíz decimonónica y símbolo aún del capitalismo más vigente y agresivo, todo eso no ha salvado a los Gobiernos y a las alternativas de izquierda: han pagado en sus carnes la crisis provocada por sus adversarios. El recurso a la mala gestión de la crisis por Zapatero es pura retórica electoral que solo puede fundarse en eso o en cierta ignorancia de lo que realmente ha ocurrido y de cómo Zapatero, con absoluta (y para algunos excesiva) prudencia, eligió obedecer a sus amenazantes adversarios europeos antes de que estos llevasen a la quiebra al país.

La 'desidentificación' de la izquierda gallega puede ser letal en las autonómicas de 2013

En estas condiciones, la actitud de quienes, como el BNG, niegan su apoyo gubernamental en Galicia a sus aliados naturales (PSdeG) en nombre del riesgo continuado de arrastre de la atribución de la crisis a toda la izquierda, está basada en la suposición de que en caso de no estar en esos Gobiernos se hubiesen salvado de sus pérdidas. No parece así. El caso de IU es levísimo y peculiar, y tampoco parece significativo.

Pero no solo eso, también esa actitud está basada en otro posible error de cálculo unido estrechamente al anterior (en realidad son el mismo error, que yo disecciono por motivos pedagógicos): la idea de que la bajada del PSOE/PSdeG es interminable. Pero tampoco es así: al PSOE no le queda mucho más que bajar, solo puede subir, y esto se basa en los datos históricos de este partido, que parece haber tocado suelo el 22-M. Subirá, probablemente, en las elecciones generales, las gane o no, y de esa subida es posible que no se beneficie el BNG con igual intensidad, pues no será identificado totalmente con esas energías cívicas de la recuperación política y algún grado de recuperación económica.

El resultado de esa concatenación de situaciones alrededor de ese error será una desidentificación de la izquierda gallega en general, que podría ser letal en las elecciones autonómicas de 2013, que a día de hoy, y a pesar de la crisis y sus consecuencias, se plantean positivamente para las opciones gallegas de progreso.

En conjunto, un nuevo movimiento muy dudoso de la izquierda gallega y un favor al sólido bloque de la derecha, que se mueve como pez en el agua surfeando alegremente por estas olas de una izquierda que no está sabiendo cerrar pactos útiles y duraderos. Una izquierda que debe, además, recuperar el ánimo de nuestros jóvenes (15-M) y estimular su participación política.

Se juega tanto Galicia en esas elecciones autonómicas que cualquier movimiento político debe ser profundamente meditado, al tiempo que esos dos grupos de izquierda están también obligados a actualizarse, a perder pátina histórica negativa, a mirar al futuro y a olvidar cualquier clase de sectarismo. No es nada fácil. La tendencia de las organizaciones políticas a mirarse el ombligo es su mejor recurso para empeorar su eficiencia.

La identificación de las organizaciones de progreso con Galicia no solo es electoralmente necesaria, también es políticamente imprescindible: la transformación de Galicia a través de esa nueva modernización que necesitamos la han de hacer los gallegos y sus organizaciones y representantes. Esa es la gran lección histórica que nos llega de Euskadi o Cataluña, cuya especificidad no es crear problemas al reino, como a veces pudiéramos creer leyendo según qué cosas, sino integrar en sus modernizaciones respectivas a sus características simbólicas y culturales en la medida de lo posible. Eso y su indiscutible prosperidad son su marca histórica frente al conjunto del reino.

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