Las desavenencias en la OPEP agitan el mercado del petróleo con fuertes subidas
Arabia Saudí califica la reunión de Viena como "una de las peores" del grupo
El mercado del petróleo se agita. Los países productores, agrupados en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no se ponen de acuerdo sobre cuánto crudo es suficiente para un mercado cada vez más ávido de combustible. Las desavenencias, puestas de manifiesto en la reunión celebrada ayer en Viena (la primera del año y la primera tras las revueltas en países árabes), se trasladaron casi de inmediato a los precios. El barril de petróleo tipo brent, de referencia en Europa, subió con fuerza. Llegó a marcar los 118,59 dólares por barril, un 1,5% por encima del cierre de la jornada anterior. Y el texas, de referencia en EE UU, superó los 100 dólares tras semanas de estabilidad.
La reacción fue lógica. El secretario general de la OPEP, Abdalla el Badri confirmó que los ministros de los 12 países miembros habían sido incapaces de ponerse de acuerdo sobre las cuotas de producción. Arabia Saudí era partidaria de aumentar la producción, pero se encontró con la resistencia de otros miembros. Arabia Saudí defiende que la OPEP eleve el objetivo de producción en 1,5 millones de barriles al día. Sin medias tintas, el ministro saudí de Petróleo, Ali I. Naimi, calificó la reunión como "una de las peores" de la organización, y resaltó que siete países se negaron a un aumento de la oferta propuesta por otros cuatro socios. Los opositores fueron Venezuela, Irán, Ecuador, Irak, Libia, Argelia y Angola.
"Fuimos incapaces de alcanzar un acuerdo", añadió, antes de explicar que los cuatro países del Consejo del Golfo Pérsico (CGP), Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Arabes Unidos y Catar, propusieron un aumento de 1,5 millones (de barriles diarios) sobre la producción actual de 28,8 millones de barriles diarios (mb), que abarca el bombeo de los 12 países miembros del grupo.
Como el mayor productor de la OPEP y el único con capacidad inmediata para aumentar la producción, Arabia Saudí generalmente impone su postura. Pero no en esta ocasión. Los cuatro países contrarios quieren mantener los precios del petróleo por encima de 100 dólares el barril. "No estamos de acuerdo con aumentar la producción ahora, debemos seguir consolidando el equilibrio en el mercado y tenemos que defender los precios", dijo el presidente venezolano, Hugo Chávez, el martes en Ecuador.
Lo que pretendía Arabia Saudí era hacer un guiño simbólico a los mercados. La cuota vigente, de 24,8 millones de barriles diarios (un tope del que se excluye a Irak), se estableció a principios de 2009, cuando la OPEP restringió la oferta para sujetar el precio, entonces en 40 dólares por barril, hundido por la Gran Recesión de los países consumidores. Conforme la recuperación de la economía mundial se consolidó, y los precios volvieron a escalar, la producción real de los exportadores de petróleo se situó por encima del objetivo teórico. Hasta las revueltas árabes, los países de la OPEP colocaban unos 27 millones de barriles diarios.
Incluso con la desaparición de buena parte del petróleo libio (1,4 millones de barriles), la OPEP producía 26,3 millones de barriles, 1,5 millones más que la cuota establecida. Es esa diferencia entre el objetivo teórico y la realidad lo que Arabia Saudí planteaba subsanar, para demostrar así su compromiso con la estabilidad en el mercado del crudo. El ministro Ali I. Naimi ha mantenido que el precio de equilibrio debía rondar los 90 dólares por barril, un nivel suficiente para recompensar a los países de la OPEP (la exportación de petróleo arrojó beneficios récord en el ejercicio 2010) sin disparar los incentivos para investigar en energías alternativas.
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