El marqués de los récords

Vicente del Bosque todavía tuerce el mostacho cuando se le recuerda que es marqués. Nieto e hijo de ferroviarios republicanos, su abuelo y su padre sufrieron en sus carnes la posguerra, como millones de españoles, maltratados por la dictadura del general Franco. Que fuera precisamente el técnico salmantino quien ligara su nombre a la victoria mundialista de España en Sudáfrica 2010 tiene algo de justicia poética. Pero si el Rey le concedió el título nobiliario no fue solo por ese triunfo. Ningún seleccionador nacional acumuló tantos en su inicio en el cargo, 13 consecutivos, uno más que el brasileño João Saldaña; llevó a la selección -con la ayuda previa de Luis Aragonés- a superar los 14 sucesivos de un equipo nacional, registro del que presumían legítimamente Francia, Brasil y Australia, y alcanzó los 35 encuentros sin perder, los mismos que consiguió Brasil en 1994 de la mano de Carlos Alberto Parreira. Esta noche (22.30, TVE-1), ante Venezuela en Puerto La Cruz, puede superar otra marca espectacular, las 38 victorias de Luis, y convertirse en el seleccionador con más victorias. Los números, desde luego, son rotundos: ha ganado el 88% de los puntos disputados.

Chávez: "Meteremos cuatro". El salmantino: "Querría levantar el ánimo a la tropa"

Pero si don Juan Carlos le hizo marqués fue también por los valores que ha sabido transmitir, por su conducta en el banquillo. En ese sentido, Del Bosque demostró una vez más que sus códigos remiten a una persona incapaz de poner el fin por delante de los modos al referirse a las 39 victorias a las que aspira hoy. "Vivimos un momento muy bueno en el fútbol y en el deporte español en general. Sin embargo, hay que mirar adelante, no regodearse en el pasado. Debemos ser normales porque el fútbol es muy cruel con los que se creen muy buenos. Somos los mejores si jugamos con la debida atención", advirtió.

El seleccionador ha ganado 38 partidos de los 43 en los que ha dirigido a La Roja y tan solo ha perdido cuatro, dos de ellos simplemente amistosos. "En un fútbol superigualado como el actual, tiene mérito", admitió sin negar un componente que no olvida: "En momentos puntuales también hemos tenido una pizca de suerte, como en Estambul o Bruselas. Incluso en el Mundial. No arrasamos. Ganamos casi todo por 1-0, con dificultad, sufriendo. Eso es lo normal en este fútbol".

No lo tendrá fácil España para batir a Venezuela. A un rival supermotivado se suma el pegajoso calor. Ayer, los termómetros superaron los 35 grados y la humedad relativa alcanzó el 80%. "Yo lo estoy pasando fatal", confesó Del Bosque. "Será un factor que nos complicará mas las cosas", recalcó Llorente, que se perfila como titular. El técnico solo confirmó a Valdés, pero todavía en Madrid dejó claro que, en la medida de lo posible, todos los convocados tendrán minutos. Así que se espera que Marchena, Capdevila o Iraola sean hoy titulares.

La policía ha tomado las calles de Puerto La Cruz y 2.000 agentes, pertenecientes al Comando Regional número 7 y a la Guardia Nacional, velan por el conjunto español. Las autoridades han señalado además la jornada como no laborable por motivos de seguridad y para que el pueblo se sume a lo que aquí se interpreta como una auténtica fiesta justamente cuando se cumplen dos años del mayor éxito de la historia del cuadro vinotinto: la victoria en Boston contra Brasil (0-2), con goles de Maldonado y Vargas, considerada como todo un antes y un después en la historia del futbol venezolano.

El estadio José Antonio Anzoategui estará lleno. Incluso se han instalado sillas supletorias para ampliar el aforo. No se espera que el comandante Chávez asista al encuentro, pero, en su arenga semanal, avisó: "Vamos a meter cuatro goles a los españoles". "Lo diría para levantar el ánimo a la tropa", ironizó Del Bosque.