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Reportaje:

Cinco ciudades recuerdan a Lorca

Claude Couffon, el gran investigador lorquiano, visita la casa museo del poeta

"Eran las cinco en todos los relojes, / eran las cinco en sombra de la tarde". Con esos versos, el poeta Federico García Lorca recordaba la muerte de su amigo el torero sevillano Ignacio Sánchez Mejías, en una de las elegías más importantes de la lírica en lengua española. Pero ayer no se celebró la muerte, sino la vida, en la localidad en la que nació el poeta hace 113, Fuente Vaqueros (Granada).

A las cinco en punto de la tarde, las nuevas tecnologías permitieron que se unieran cinco ciudades simbólicas en la vida del poeta: Fuente Vaqueros, Madrid, Nueva York, La Habana y Buenos Aires. Fue a través de videoconferencia. Las ciudades se iban saludando hasta que falló Nueva York. Precisamente Nueva York, que bien podría representar el triunfo tecnológico, se quedó colgada. Desde el resto, se leyeron poemas del Diván del Tamarit, precisamente ahora que la Huerta del Tamarit está amenazada por la construcción de una carretera.

"En Granada nadie quería hablar de García Lorca", dice Couffon
El hispanista cree que se plantaron árboles sobre la tumba del poeta

Una hora después del comienzo de las celebraciones llegó el hispanista Claude Couffon, que recibió el Pozo de Oro de la Diputación de Granada en reconocimiento a su trayectoria. La visita generó una gran expectación. Couffon, junto a Agustín Penón, es uno de los grandes investigadores lorquianos. Su primera visita a la ciudad para conocer más sobre la vida y las circunstancias de la muerte de Lorca se produjo en 1948, por lo que su testimonio es una fuente imprescindible.

Él fue el primero que acudió a Víznar, cuando todavía era "muy peligroso" aparecer por allí. "No podías hacerlo si no te introducía alguien del pueblo. La Guardia Civil estaba atenta a cualquier movimiento", explicó. Couffon paseó por la carretera entre Víznar y Alfacar, "donde fue asesinado Federico García Lorca, sin ninguna duda", y buscó el lugar donde podría estar enterrado.

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Nadie le consultó a la hora de indicar el lugar en el que buscar la fosa. "En el 52 hice mi investigación en Víznar. Pude ver Las Colonias, la finca en la que pasaban la noche quienes iban a ser fusilados al amanecer, y también estuve en los pozos de Víznar. Allí tiraron los cuerpos de los fusilados", recuerda. Sobre el punto exacto donde podría encontrarse el cuerpo de Lorca, puntualiza. "Cuando yo estuve allí no había un árbol. Después de que publicara mis fotografías del lugar plantaron muchísimos pinos", dice con una sonrisa cómplice para después asegurar que esos árboles fueron colocados allí para eliminar pruebas, por lo que debajo de ellos debería haber buscado. Sin embargo, en esos lugares se ha construido un parque, una zona recreativa e incluso han sido declarados suelo urbanizable con dos alturas en el último PGOU de Alfacar.

"En Granada no había forma de conseguir que la gente hablara sobre García Lorca. Sin embargo, en Fuente Vaqueros era más sencillo", dijo recordando sus primeras visitas en tranvía a la localidad. "En particular recuerdo a Carmen Ramos, con quien hablé muchas veces, que fue compañera de juegos y vecina de Federico. Me contaba cosas muy divertidas. Por ejemplo que a Federico le gustaba decir misa disfrazado de mujer frente a una foto de la Virgen que había colgada en la pared. La gente tenía que llorar cuando decía el sermón, si no, se enfadaba".

En el pueblo conoció también Lorca a algunos de sus futuros personajes. "Antonio El Camborio era un gitano de Chauchina que regresaba a casa por la noche a caballo con enormes borracheras. A Federico le gustaba verlo. Una noche cayó del caballo y se clavó el cuchillo que llevaba en la cintura", contó.

Tras recordar al poeta, paseó por la exposición sobre García Lorca y La Habana que hay en la casa museo. Los actos concluyeron con la presentación en primicia de algunos de los temas de la ópera Ainadamar, a cargo del Coro Ciudad de la Alhambra, que se estrenará dentro del Festival Internacional de Música y Danza con motivo del 75 aniversario de la muerte del poeta.

Claude Couffon, ayer, en Fuentevaqueros, en la casa museo de García Lorca.
Claude Couffon, ayer, en Fuentevaqueros, en la casa museo de García Lorca.M. ZARZA

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