Un hombre valiente
Hace una semana, Francisco Verdú, vicepresidente de Banca March, fichó como consejero delegado de Bankia, la entidad controlada por Caja Madrid y Bancaja. En 1996, su entrada en el banco mallorquín supuso romper la tradición de promocionar a directivos de la casa, que la familia March llevaba a rajatabla. Francisco Verdú ha dado ahora otro salto, este de mayor riesgo.
La entidad presidida por Rodrigo Rato llevaba tiempo buscando al candidato ideal para hacer de número dos en Caja Madrid, cuando las cajas de ahorros tuvieron que enfrentarse a la reestructuración de su sector. Después de varias negativas de otros ejecutivos, ha encontrado a su hombre en este economista y MBA por la Universidad de Chicago, con una trayectoria profesional de más de 30 años en el sector financiero, que no figuraba en ninguna de las quinielas. Será su número dos, pero en una entidad formada por siete: Caja Madrid, Bancaja y las cajas Insular de Canarias, Laietana, Ávila, Segovia y La Rioja.
El ejecutivo tiene poco tiempo para salir a Bolsa y revitalizar el banco
Tendrá que acometer el complicado proceso de colocar Bankia en Bolsa en un tiempo récord, ya que en el mercado espera que se estrene en julio. Eso le exigirá hacerse más visible de lo que ha sido hasta ahora en la más que discreta, oscurantista Banca March. A la vez, tendrá que formar su propio equipo y evitar fugas de la gente clave, lo que no parece una misión fácil.
Pero lo más difícil será acostumbrarse a pilotar un barco 25 veces más grande que el que dirigía en Mallorca. Todo esto deberá llevarlo a cabo mientras impulsa el estancado negocio de Bankia, que ha presentado una caída del resultado de explotación del 43,5% hasta marzo.
Lo mejor que tiene Verdú es que ya está curtido en integración de entidades. De hecho, inició su carrera en el Banco de Vizcaya y participó en la creación del Grupo Argentaria (formado además por Caja Postal, Banco Exterior y Banco de Crédito Local). Esta es una de las razones principales por la que ha sido designado para el cargo, según la entidad.
Bankia no puede fallar en su misión de salir a Bolsa porque es una entidad sistémica, lo que hace más delicada la misión de Verdú. El banco ya ha recibido casi 5.000 millones del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria. En su colocación, los inversores institucionales serán la clave para formar el precio de salida porque la CNMV le obliga a que destine a ellos un 40% de las acciones. Difícil misión.
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