Negreira emula a Feijóo y recortará en cargos y coches

Con promesas de "humildad", "tolerancia", "austeridad" y subrayados guiños al exalcalde socialista Francisco Vázquez. Carlos Negreira compareció ayer tras su histórico triunfo en A Coruña, que gobernará con mayoría absoluta tras 28 años de dominio del PSOE, consciente de "la especial responsabilidad", dijo, que le dan los 51.262 votos cosechados el domingo, el 43,62% de los emitidos. Arropado por sus 13 concejales electos, "un equipo sin famosos, ni políticos profesionales pero preparado para gobernar", Negreira situó como prioridades "del cambio que quiere A Coruña" el empleo, los barrios y el apoyo al pequeño comercio local. Para más adelante deja su promesa de recuperar el tóponimo castellano de la ciudad. "No toca ahora, no es una prioridad inmediata".

El futuro regidor coruñés promete blindar y aumentar el gasto social

Sus primeras medidas al tomar el bastón de mando de María Pita serán un calco de las de Alberto Núñez Feijóo al llegar a la Xunta en 2009: reducir de nueve a cinco las tenencias de alcaldía, recortar "a la mitad" los asesores y quedarse con sólo uno de los seis coches oficiales del Ayuntamiento (él repitió durante la campaña que había ocho). Aunque no precisó cómo piensa evitar que la venta de los vehículos no resulte tan cara como ocurrió con los audis del Gobierno gallego.

"No hay varitas mágicas, la economía está más complicada que nunca, y hay menos ingresos públicos cuando más necesidades sociales hay", afirmó Negreira. El que será el primer alcalde del PP en A Coruña en democracia imitará a su jefe de filas. Y gobernará con la esperanza de emular los mejores tiempos del alcalde del PSOE que tuvo seis mayorías consecutivas. "Tenemos un nuevo Gobierno del PP para que A Coruña vuelva a ser referencia en España y Galicia, para que recupere su alma liberal" y la fuerza que, según Negreira, perdió, "con el motor al ralentí en los últimos años". Aunque no lo citó directamente, aludía al ahora regidor en funciones, el socialista Javier Losada que sustituyó a Vázquez en 2006.

Sonriente e "ilusionado", aunque aún no acaba de creérselo de todo, según confesaría al finalizar la rueda de prensa, el dirigente conservador prometió "blindar el gasto social" en A Coruña, como también prometió Feijóo. Intentará "aumentarlo" por la vía de incrementar "las ayudas a entidades sociales". Y reiteró sus promesas de diálogo e intenciones de sentarse "con todos para decidir una estrategia compartida para la ciudad".

Losada, quien la noche electoral sólo hizo una escueta declaración sin turno de preguntas, se refugió ayer en un mutismo total. Difícil resultó en las filas socialistas asumir el mazazo de su derrota. Nadie sabe si el alcalde en funciones, también senador, seguirá al frente del PSOE coruñés en la oposición. Sólo habló ayer el dirigente local Pedro Armas, dolido dijo "por ver a barrios obreros votar al PP". "Pero es lo que hay y vamos a seguir trabajando", dijo. Habrá autocrítica, aunque "interna", precisó, para tratar de analizar el descalabro socialista en A Coruña. Armas lo atribuyó "al desgaste del Gobierno por la crisis general". Nadie habla de sus cuatro años de coalición con el Bloque. Para los nacionalistas, que retrocedieron dos puntos y dos ediles, sus resultados, "aceptables", dice su portavoz Xosé Manuel Carril, son también debido a que se votó más en clave nacional que local. Y anunció una "oposición dura" para que el PP no gobierne A Coruña como en la Xunta.

Quien sí tendío "la mano" a Negreira es el edil electo de Esquerda Unida, César Santiso. Su entrada en María Pita es también toda una novedad. El Partido Comunista sólo había logrado representación en las primeras elecciones de 1979. Santiso aseguró que sólo le faltaron siete u ocho votos para conseguir, a costa del Bloque, un segundo concejal.