En la juventud está el placer

Narrativa. El escritor y pintor inglés Denton Welch (1915-1948) conducía su bicicleta por una carretera de Surrey cuando lo atropelló un coche, fracturándole la columna. Había cumplido veinte años. Aunque no quedó del todo paralítico, las secuelas del accidente condicionaron el resto de su existencia y, a la larga, le provocaron la muerte. Denton Welch llegó a ver publicadas dos novelas de trasfondo autobiográfico, El primer viaje (1943) y En la juventud está el placer (1944), que se traduce ahora por primera vez al español. Más intimista que la primera, esta obra narra las vacaciones de verano de Orvil Pym, un solitario muchacho de quince años, junto a su padre y sus dos hermanos en un hotel cercano al río Támesis. Fantasioso, culto y lúcido, el joven se irá topando con varios personajes que componen un friso en donde importan más los colores y las poses que sus aventuras a orillas del río. Pese al protagonista adolescente, el descubrimiento amoroso y las aventuras veraniegas, ésta no es una novela de iniciación. No tanto porque esté narrada en tercera persona, ya que Denton Welch hace de ella una voz casi autobiográfica, capaz de dar cuenta hasta del más mínimo detalle de sus percepciones y de su imaginación, como por todo lo demás. El miedo enfermizo de Orvil Pym a los coches, al recuerdo de su madre fallecida y a su propio hermano, lo convierten en un personaje que se aleja del género. En la juventud está el placer es un retrato moral misterioso y rico, pues ya el título contiene el enigma (o la ironía) de hablarnos de placer en un joven neurótico y masoquista. Quizás la explicación esté en un autor que, al escribir desde un cuerpo destruido, supo poner en valor la salud física. Un libro valioso, raro y extravagante entre los relatos de iniciación del periodo de entreguerras.