"Esta serie podría estar hablando de Bill Clinton y Monica Lewinsky"

En 1492, Colón descubrió América, árabes y judíos fueron expulsados de la Península y Rodrigo Borgia, también conocido como Alejandro VI, fue elegido papa en Roma. Un papado polémico en un momento turbulento de la historia que Neil Jordan (Juego de lágrimas, Michael Collins) revive para la televisión en Los Borgia -que esta noche estrena Cuatro en sesión doble (22.30)- con uno de los grandes del cine al frente, Jeremy Irons.

El actor británico (Isla de Wight, 1948) presta su porte al líder de la Iglesia católica que hizo del maquiavelismo un arte. A sus 62 años, Irons mantiene el mismo talento interpretativo que durante años le valió ser el favorito de los directores y con el que ganó un Oscar (El misterio Von Bulow).

"Los tiranos ocultan el niño que hay en ellos. Son vulnerables"

Pregunta. ¿Qué es lo que sabía Jeremy Irons de Rodrigo Borgia antes de asumir el papel?

Respuesta. Lo primero que hice fue una búsqueda en Google y vi a alguien con una buena barriga, grasiento y con nariz rotunda, lo que me llevó a decirle a Neil Jordan eso de "gracias por el ofrecimiento, pero ese no soy yo". Afortunadamente, me explicó sus intenciones, su deseo de contar una historia sobre los abusos de poder. No importaba el parecido.

P. ¿Y existe en usted un lado religioso?

R. Fui un cura en La Misión y un cardenal en Casanova. ¡Y ahora he llegado a papa! No sé si tengo un porte religioso, pero lo que sé es que los hombres de Dios son primero hombres, con todos los errores que eso conlleva. Y de eso sé mucho.

P. Es cada vez más frecuente verle en televisión.

R. Nunca leí el guión original, pero durante 10 años, el director, Jordan, intentó llevar este proyecto a la pantalla como una película. Fue Steven Spielberg quien le sugirió que hiciera una serie y quien hizo las presentaciones a la cadena Showtime, donde le dieron nueve horas para contar su historia. Lo cierto es que cada vez es más difícil hacer cine independiente, que es lo que más me gusta, así que tal y como están las cosas pensé que estaba muy bien volver a la pequeña pantalla.

P. ¿A qué se debe el interés de la televisión en los dramas de época? Son la última moda.

R. Son el mejor espectáculo... y el sexo abunda (risas). Solía ser un argumento muy cinematográfico con películas como Espartaco o Cleopatra. Ahora la moda son las series medievales. Pasará. Lo que diferencia a Los Borgia del resto es que habla de poder. Podrías estar hablando de Bill Clinton y Monica Lewinsky o del primer ministro italiano, una persona elegida democráticamente y que se comporta de la forma más increíble. Ninguno de ellos está tan lejos de las tribulaciones de este papa medieval.

P. En los últimos años Hollywood siempre le ve como el peor de los villanos.

R. Entre sus contemporáneos las descripciones de Rodrigo Borgia van de organizador brillante y alguien muy bueno para la Iglesia a un asesino, adúltero y fornicador. Me interesó ese arco porque soy de la opinión que los mayores tiranos ocultan el niño que hay en ellos. Algo que me fascina y que necesito encontrar, esa vulnerabilidad que hará que veamos en el mayor de los villanos un poco de nosotros mismos.

P. ¿Cómo siente la competición en el seno de su propia familia ahora que su hijo Max también trabaja como actor?

R. Prefiero no darle muchos consejos. Tiene que descubrirlo por sí mismo. Me da terror dónde se está metiendo porque la industria es muy diferente a la que yo conocí en mis comienzos, la estructura, la calidad del trabajo... En Hollywood te chupan el talento y escupen lo que les sobra en cuanto te descuidas, pero estoy muy orgulloso de él.