Vázquez pide reunir el voto progresista frente a la movilización del PP
No resulta difícil imaginarse a Pachi Vázquez por la mañana en el coche, camino de Viveiro, repasando las encuestas del domingo. Quizás pensando que, en determinadas circunstancias, unos malos resultados pueden resultar muy buenos. Nadie duda de que caerá el PSdeG, pero si en algo coinciden los sondeos es en que el PP no lo tendrá fácil para alcanzar alguna ciudad, seis de ellas socialistas. De ahí que, ya en el mitin matinal, su discurso rozara la euforia. "El PP no va a gobernar en ninguna de las ciudades de este país", pronosticó. Y si los progresistas son "pragmáticos" y "concentran" su voto frente al de una derecha "supermovilizada", el PSdeG puede lograr "un resultado histórico".
El secretario general socialista previno contra la proliferación de "formaciones con muy poquitas posibilidades o prácticamente ninguna" que "roban flecos" que pueden resultar definitivos.Vázquez interpretó las encuestas como la muestra de que los bipartitos son "bien percibidos por los ciudadanos". Lo hizo precisamente allí donde el PSdeG gobierna sin coalición, pese a carecer de mayoría absoluta: en Viveiro, donde Melchor Roel rompió hace ocho años una larga hegemonía del PP, y donde Vázquez llamó a los electores a formar "una barricada" contra la política "antisocial" de la derecha.
Ante unas 300 personas que abarrotaron un teatro que lleva el nombre de un ministro de Obras Públicas local del siglo XIX, Pastor Díaz, Vázquez intervino por primera vez en esta campaña con el gallego que ahora ocupa esa cartera, José Blanco. De sus discursos se desprende una lectura de las encuestas sensiblemente distinta si el abanico se extiende fuera de Galicia. Frente a la satisfacción de Vázquez, el vicesecretario del PSOE alertó de que "quien ríe el último ríe mejor". "Yo estoy contento de que el PP celebre las encuestas, porque nosotros celebraremos los resultados".
Igual que el líder del PSdeG, Blanco llamó a "intensificar la participación". Pero eso no fue lo primero. Lo primero fue despejar dudas sobre su respaldo a Pachi Vázquez, del que declaró sentirse "orgulloso" por su trabajo realizado en Galicia "contra viento y marea". Después le tocó el turno a Mariano Rajoy y a Alberto Núñez Feijóo -"tanto monta, monta tanto"-, para llamar a "poner diques frente a la amenaza de recortes" y criticarles que "solo quieran el voto de los gallegos para traficar con ellos, y después darle la espalda a Galicia".
Y a continuación se explayó en críticas a una Xunta que "no entiende, no quiere y no siente esta tierra". "Galicia no puede volver atrás", afirmó. "No puede dejar de crecer, y pasar a ser la autonomía que menos crece de España". De modo que, "frente a la paralización y los lamentos de Feijóo", el PSdeG "tiene que gobernar en más ciudades y en más pueblos".
Otro largo capítulo de la también larga intervención de Blanco fue para el AVE. En concreto, para las dudas y críticas de la Xunta al proyecto. "No voy a pedirle a la Xunta que me aplauda, ni siquiera que me ayude; solo le pido que no ponga más dificultades a un proyecto histórico", reclamó. Y adelantó: "A cada mentira voy a responder con una licitación, a cada palabra, con un hecho, y a cada palo en la rueda, con un nuevo kilómetro". Y después, volvió a Rajoy, al que invitará a la inauguración, a finales de este mismo año, de la línea de AVE A Coruña-Santiago-Ourense. "Para que vea lo que no hizo él y nosotros sí hicimos".
El resto del discurso lo dedicó a predicar el Estado del bienestar y avances sociales como la ley del aborto o la del matrimonio homosexual, que Rajoy "tiene en el punto de mira". "La gente en dificultades está siempre con nosotros, y a esa gente es a la que le debemos la victoria del 22 de mayo", animó.
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