MotoGP en 'el Bronx'
Pedrosa se rompe una clavícula tras chocar con Simoncelli, y Stoner, ganador, golpea a De Puniet
Muchos nombres propios. Poco cajón para tanta Honda. Mucho talento. Más ambición. Algún error y alguna desgracia. Le Mans asistió a la confirmación de la máquina más potente y completa de la parrilla, la Honda. Le Mans asistió al genio de Casey Stoner; a la felicidad de Andrea Dovizioso; al retorno de Valentino Rossi; a la mala fortuna de Dani Pedrosa, lesionado de nuevo; a la arriesgada maniobra de Marco Simoncelli; a la tenacidad de Jorge Lorenzo. Le Mans asistió a una carrera mayúscula en la que hubo de todo. Hubo un piloto, Stoner, que volvió a liderar la prueba de cabo a rabo, que retó a sus colegas de equipo a ritmo de vuelta rápida y que se marchó, llegado el ecuador de la prueba, a pelearse consigo mismo y con el asfalto, pues nadie más era capaz de acompañarle en el camino. Lo hizo, eso sí, después de que se le cruzaran los cables de buena mañana, cuando durante el calentamiento dio un golpe de puño en un hombro a Randy de Puniet en reprimenda por habérsele metido en medio cuando el australiano buscaba la vuelta rápida. La dirección de la carrera observó cómo ambos exponían sus argumentos y se pedían disculpas, multa incluida de 5.000 euros para Stoner.
Hubo otro piloto, Simoncelli, con ganas de demostrar que es rápido y que ha madurado, que las críticas contra él son infundadas, que puede subirse al podio, que ni se cae ni hace caer. Pero se cayó en Jerez, cuando aspiraba a ganar la prueba; se cayó en Estoril, también, y chocó con Pedrosa en Le Mans cuando marchaba segundo y ya se veía por vez primera en el podio de una carrera de MotoGP. Pedrosa, a quien parecen perseguir las desgracias, aún renqueante de la segunda operación en la clavícula izquierda, sufrió una fractura en la derecha. El italiano alcanzó al español a 11 vueltas del final. Le había recortado dos segundos en apenas cuatro giros. Y en cuanto le tuvo a tiro, le adelantó. Ocurrió que el catalán no se da por vencido tan fácilmente y dos curvas después le había vuelto a ganar la posición.
Pero Simoncelli, tan criticado últimamente por su agresividad en la pista, intentó un adelantamiento imposible, por fuera, a la entrada de la chicane, cuando era Pedrosa el que tenía el interior ganado. El de Cattolica forzó demasiado (fue sancionado y obligado a pasar por boxes), quizá innecesariamente. Y el menudo piloto, también con una Honda, rodó por los suelos. Fractura de clavícula. Otra vez. Las radiografías que se le practiquen en los próximos días determinarán si existe o no desplazamiento y eso marcará si pasa de nuevo por el quirófano o si, por el contrario, opta por un tratamiento más convencional. Su presencia en el Gran Premio de Cataluña, dentro de dos semanas, es incierta.
Hubo otro piloto, Dovizioso, cansado de ser un segundón, con la moral lastimada al comprobar que en su fábrica, en la que hay dos gigantes como Stoner y Pedrosa, nadie le aplaude. Sin embargo, tras el cuarto puesto en Estoril, donde robó la cartera a Rossi en la entrada a la meta, recuperó ayer algo de esperanza al terminar en la segunda posición tras una escalada importante y después de batirse junto a dos pilotos brillantes como el mismo Rossi y Lorenzo.
Los tres andaban a la greña en un segundo grupo que dio espectáculo, del bueno, con adelantamientos limpios y espectaculares. Primero fueron Dovizioso y Lorenzo, que rozó el límite de lo perdonable en una de esas pasadas. Luego, el primero y Rossi. Y fue el de Honda el que salió vencedor. Claro que, después de cómo se sucedieron los acontecimientos en las últimas vueltas, con Pedrosa fuera y Simoncelli retrasado -el italiano fue obligado a pasar por el pasillo de talleres como penalización por el atropello-, tanto el podio de Rossi, el primero con la Ducati en una carrera magnífica del nueve veces campeón del mundo, como el cuarto puesto de Lorenzo, que sigue siendo el líder del Mundial y es consciente del poderío de las Honda -"lo que le falta a la Yamaha ya lo pongo yo en la pista", repite últimamente-, son unos excelentes resultados.
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