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Irán aplaza el castigo al condenado a quedar ciego con ácido

Las autoridades iraníes pospusieron ayer la ejecución de la sentencia contra un hombre condenado en 2009 a ser cegado. Mayid Mohavedi, de 29 años, lanzó en 2004 ácido sulfúrico al rostro de una compañera de facultad que rechazó su propuesta de matrimonio. La joven quedó ciega y desfigurada. Las autoridades condenaron a Mohavedi a recibir diez gotas de la misma sustancia en cada ojo, según la aplicación de la ley del talión.

Una pena que ha movilizado a numerosas organizaciones de derechos humanos. La víctima, Amareh Bahrami, de 28 años, insiste en que se aplique la pena. Se ha ofrecido, incluso en ejecutarla ella misma. Asegura que no tiene garantías de que Mohavedi vaya a pasar toda la vida en prisión.

Bahrami viajó hace meses a España para intentar salvar la visión de uno de los ojos, pero los médicos que la atendieron en Barcelona no pudieron hacer nada para devolverle la vista. "No es una cuestión de venganza. Quiero que sepa qué es lo que estoy sufriendo. Pero también quiero que sirva de ejemplo para que otras chicas no sufran el mismo martirio", explicó la mujer.

La víctima había denunciado a Mahavi dos días antes de que este la agrediera. El hombre reconoció los hechos. "Cuando le pedí la mano y me dijo que iba a casarse con otro pensé en arrojarle el ácido en el rostro para que su novio la dejara".

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