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Reportaje:

Otro año de ley seca del crédito

Los expertos esperan que la banca preste a sectores no relacionados con el ladrillo. La prima de riesgo, clave para que se abra el grifo

Íñigo de Barrón

Los mitos, con el paso del tiempo, se rompen. Y en el sector financiero también ocurre. El más repetido ha caído hace unos días. El presidente Zapatero justificó las ayudas (mediante préstamos) para una parte del sector financiero porque eran la única manera de que las entidades volvieran a ofrecer créditos a empresas y familias. Pero no ha sido así. Han pasado más de dos años desde las primeras ayudas y el crédito no arranca. La resaca de la borrachera provocada por la burbuja inmobiliaria ha sido más duradera de lo que se pensaba. El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, fue el encargado de admitirlo: lo más adecuado para la economía española es "un crecimiento suave o incluso una caída del crédito hasta nuevo aviso", afirmó hace días.

Estas declaraciones van en línea con las de Alfredo Sáenz, consejero delegado del Santander, que comentó que la economía debía aligerarse en unos 200.000 millones más para recuperar su adecuado nivel de flotación. El BBVA pronosticó una disminución del 5% en la cifra total de crédito en 2011. Y el Banco de España apuntó que "no cabe esperar que se recupere en los próximos meses".

El crédito mantiene tasas planas, con ligera tendencia de caída, y se está colocando en niveles de mediados de 2008. Hasta febrero pasado, los préstamos concedidos a empresas y familias ascendieron a 1,81 billones, casi igual que un año antes. 2010 acabó con una caída del 0,32%.

Sin embargo, a diferencia de otros semestres, el grifo se cerró selectivamente en la segunda mitad de 2010. Según el último informe del Banco de España, los préstamos a empresas que no son constructoras o promotoras, crecieron un 0,9% en diciembre de 2010, tras haber caído en junio (-0,5%) y en diciembre de 2009 (-2,4%). Mientras tanto, el ladrillo se llevó un recorte de préstamos del 5,2%, casi lo mismo que en 2009.

Los expertos creen que esta discriminación es el camino adecuado y podría hacer cuadrar el círculo, es decir, que la economía creciera en los sectores de más futuro pese a que la cifra total del crédito se redujera. Sin embargo, José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, considera que esta selección no está funcionando. "Por desgracia la restricción del crédito la están sufriendo también los jóvenes, que quieren comprar su primera vivienda, y las empresas de nueva creación y pymes, que quieren acometer nuevos proyectos de inversión que no tienen problemas de endeudamiento. Las pymes serán las encargadas de crear empleo y reducir nuestra tasa de paro y los jóvenes los que deberían comprar viviendas y desatascar del sistema bancario los pisos adjudicados. Por lo tanto, esta situación justifica la intervención pública". En su opinión, los ayuntamientos y comunidades autónomas, tras las elecciones, deben reducir sus déficits y pagar las deudas que tienen con los proveedores, "que han hecho estragos en la restricción de crédito comercial y se ha llevado por delante a muchas pymes y muchos empleos". Díez aboga por que el ICO comparta riesgos en la financiación de proyectos de inversión productiva para reactivar la creación de empleo.

¿Por qué hay desconfianza sobre la recuperación del crédito? Los analistas argumentan tres razones: primero, el sistema financiero no ha cerrado la reestructuración de las cajas con problemas inmobiliarios; como consecuencia (segundo problema), los inversores internacionales dudan de la solvencia de las entidades españolas y la consecuencia (tercer motivo) es que la prima de riesgo -la diferencia entre lo que se paga por los bonos españoles a 10 años comparándolos con los alemanes- sigue en niveles cercanos a los 200 puntos básicos, una cifra demasiado alta. Una de las claves para desatascar este problema es la colocación de Bankia en los mercados. "Es la piedra angular de la reforma. Demasiadas cosas dependen de que eso salga bien", dice un competidor con cierto temor. El exconsejero delegado del grupo BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, uno de los mayores expertos en banca comercial, considera que la reestructuración del sistema financiero es "condición necesaria" para que la asignación del crédito sea "más inteligente" y para que el sistema pueda "acompañar" la recuperación de la economía.

"La prima de riesgo refleja lo que les cuesta financiarse a bancos y cajas. El dinero para los banqueros españoles es muy caro, cercano al 4%, así que no les interesa cobrar el 3% por los créditos hipotecarios", dice un responsable de riesgos de una entidad que pide el anonimato. Por si esto no fuera suficiente, la guerra de los depósitos encarece más la financiación y agudiza la sequía del crédito. El presidente de Bankinter, Pedro Guerrero, lo dijo con claridad en CincoDías: "Los próximos seis años vamos a convivir en una insuficiencia de financiación. Y si en la banca nos lanzamos a pagar por los depósitos unos precios que nos ponen en pérdidas lo que sucederá es que el precio del dinero será más caro, los créditos más escasos y en consecuencia las cuentas de resultados del sistema financiero serán peores".

Los recientes datos ofrecidos por la gran banca corroboran las dudas de los expertos. El primer trimestre ha arrancado con una caída generalizada de los créditos entre los grandes, excepto La Caixa. El caso más llamativo es el del Grupo Santander, que entre marzo de 2010 y el primer trimestre de este año, ha prestado un 4,5% menos en España. El banco de Caja Madrid y Bancaja, el Banco Financiero y de Ahorro, ha reducido sus créditos un 2,7%; el BBVA casi un 1% y el Popular un 0,4%. Algunos ejecutivos creen que es una manera de presionar al Gobierno para que profundice en las reformas.

El hecho es que las grandes entidades se lo pueden permitir porque en España solo tienen un tercio de su negocio. "Prefieren cerrar el grifo en España, donde sube la morosidad (con el paro en el 20%), para evitar riesgos y obtener márgenes con los créditos en Brasil, México o el Reino Unido. El problema lo tienen el Popular, La Caixa y Caja Madrid, que viven solo del negocio ibérico", añade esta fuente. Incluso hay un efecto perverso, comentan los economistas. Las entidades ofrecen los créditos más baratos a los peores clientes, que son aquellos a los que refinancian los créditos para que los puedan pagar. A los mejores, los que pueden pagar, les colocan préstamos con cuatro o cinco puntos sobre el euríbor. Es la selección adversa o la asignación ineficiente de los recursos, otro drama más.

¿Y qué futuro les queda a los constructores y promotores? El exceso de pisos construidos no significa que no se vayan a vender más en el futuro. El sector está adelgazando a marchas forzadas, pero busca acuerdos con la banca para sobrevivir. Rafael González-Cobos, presidente de Ferrocarril Inmobiliaria, empresa especializada en vivienda protegida y de la Asociación de Gestoras de Cooperativas (Gecopi), considera que la única salida es "la cooperación entre las dos partes. Los promotores nos quedamos con activos de la banca para hacerlos líquidos y ella nos financia la adquisición de suelo que tiene una salida clara, como es la Vivienda de Protección Oficial. Caja Madrid, Banesto y Caja Murcia ya lo están haciendo y funciona", comenta.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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