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Reportaje:EN SINGULAR

Xulio Cribeiro, un exalcalde a la espera de juicio

Fue regidor de Moeche pero el PP lo echó y le acusa de malversar

El poder engancha, y el exalcalde popular de Moeche, Xulio Cribeiro García (Cedeira, 1959), es otro ejemplo claro. Tres años después de ser expulsado del Gobierno local por sus propios concejales entre sospechas de malversación, Cribeiro vuelve a la carga como número uno de la agrupación de electores Progresistas por Moeche.

Poco importa que la Fiscalía lo haya acusado formalmente de un posible delito de malversación de caudales públicos por llenar el depósito de su coche a costa de las arcas locales y que el juicio esté al caer. El único médico del pueblo aspira a recuperar el sillón de la alcaldía al frente de una lista alternativa y señala que detrás de su regreso está la insistencia de un grupo de vecinos. Prácticamente todo Moeche (1.401 habitantes) pasa por su dispensario. Sus votantes potenciales son los mismos pacientes a los que también consulta y receta.

Estas elecciones se presenta a la cabeza de Progresistas por Moeche
Cribeiro admite que gastó 12.000 euros públicos en gasolina para su coche

Durante 12 años, Xulio Cribeiro gobernó este pequeño municipio interior y rural al norte de la provincia de A Coruña, conocido por su castillo medieval (propiedad de la Casa de Alba) y su feria equina. En 2007 y bajo las siglas del Partido Popular, Xulio Cribeiro obtuvo su cuarta mayoría absoluta consecutiva y cinco de los nueve ediles que forman la corporación. El mandato no le salió todo lo bien que esperaba. En 2008, apenas un año después de la reválida, sus propios compañeros de partido le señalaron la puerta de salida entre sospechas de malversación. Se resistió como pudo y sus ediles amagaron con una moción censura.

Para atajar el despropósito político, con cuatro concejales del PP reprobando públicamente a su propio jefe, Cribeiro dimitió el 24 de abril del 2008. No fue una renuncia voluntaria ni mucho menos. Fue largamente forzada por la dirección del PPdeG después de meses de negociaciones infructuosas entre el exregidor y los ediles capitaneadas por Alfonso Rueda, secretario general, y Juan Juncal, expresidente provincial.

La versión oficial apuntó a las dificultades económicas del ayuntamiento pero de fondo, coleaba un presunto desfalco de dinero público que Cribeiro se gastó en combustible para su coche. Fue precisamente su número dos y actual regidor, Julio López Romeo (PP), quien remitió a la Fiscalía la denuncia contra Cribeiro.

El informe del fiscal ferrolano es muy claro. Expone que entre enero del 2004 y abril del 2008, Cribeiro llenó el depósito de su coche particular con 12.027,77 euros de combustible a costa de las arcas locales "en beneficio propio". Lo hacía en la misma gasolinera de Moeche una o dos veces por semana. La normativa municipal estipula que los gastos en desplazamientos se compensan posteriormente con dietas por cada kilómetro recorrido. De hecho, Cribeiro también cobró 5.400 euros para compensar sus viajes de Alcaldía aunque ya se había llenado el depósito.

La fiscalía pide para Cribeiro una condena de tres años y medio de cárcel por malversación y otros siete de inhabilitación para cargo público. El Ayuntamiento de Moeche, que ejerce la acusación particular, va más allá y pide una condena de seis años de prisión y diez más de inhabilitación contra su exalcalde. Además, le exigen una indemnización de 12.027,77 euros para el municipio coruñés -exactamente la misma cantidad que estiman que desfalcó siendo alcalde- y le cargan las costas del juicio.

Xulio Cribeiro lo admite y se defiende. "Estoy muy tranquilo. Le ahorré al ayuntamiento mucho dinero porque jamás cogí un taxi", se justifica. Añade que él no era el único que tenía la costumbre de repostar a costa del erario público y señala que "otros empleados" también lo hacían. "No era solo yo", insiste. Sus antiguos compañeros de filas todavía le critican por su "pésima" gestión económica. "Hemos puesto orden porque se le debía dinero a todo el mundo", resume Faustino Pita, edil y portavoz del PP en Moeche.

El caso de Cribeiro recayó en el Juzgado de Instrucción número uno de Ortigueira pero lo juzgará un tribunal popular en la Audiencia provincial. Mientras espera la citación judicial, Cribeiro hace campaña con Progresistas por Moeche recorriendo sin complejos las cinco parroquias de un municipio que se ríe de tener más caballos que vecinos.

"No somos un partido político. Somos un grupo de diez vecinos muy conocidos. Iremos casa por casa entregando el programa", comenta Cribeiro, que ambiciona retornar a la Alcaldía y construir "un gran polígono industrial". "La inmensa mayoría de los vecinos de Moche quieren a Cribeiro", concluye el exregidor, muy dispuesto a arrebatarle el poder al PP, a sus antiguos compañeros de filas.

El candidato en un banco junto a la iglesia de Moeche.
El candidato en un banco junto a la iglesia de Moeche.GABRIEL TIZÓN

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