Baptista lleva al Málaga a la orilla
Frente a un Sporting desdibujado, La Bestia, autor de un gol, vuelve a hacer diabluras
Baptista, quizá el jugador más determinante de la historia reciente del Málaga, llevó al equipo a una salvación que hace apenas un mes parecía utópica. Los de Pellegrini se deshicieron con desparpajo del Sporting, un equipo proletario cuya plantilla, llena de supervivientes del ascenso de hace tres años, había demostrado ser capaz de abrir notables vías de agua a los equipos más ilustres de la Liga.
El Málaga no se pareció en nada al conjunto desestructurado del inicio liguero, y remendado -visto lo visto, con éxito- en el mercado de invierno, y apenas hizo uso de los minutos de tanteo. En el nueve, Demichelis, que entró en la jugada en fuera de juego, bombeó de cabeza un balón a la portería de Juan Pablo. El leonés despejó de puños y Baptista, a la media vuelta, marcó el primer tanto.
MÁLAGA 2 - SPORTING 0
Málaga: Caballero; Gámez, Demichelis, Kris, Eliseu; Apoño (Sandro Silva, m. 68), Camacho; Seba, Baptista, Duda (Maresca, m. 79); y Rondón (Recio, m. 34). No utilizados: Arnau; Portillo, Weligton, Gaspar y Juanmi.
Sporting: Juan Pablo; Lora, Gregory, Jorge, Canella; Eguren (De las Cuevas, m. 60), André Castro; Morán (Novo, m. 68), Sangoy (Barral, m. 46), Ayoze; y Bilic. No utilizados: Raúl; Botía, Rivera y Carmelo.
Goles: 1-0. M. 9. Baptista, de media chilena tras un rechazo de Juan Pablo. 2-0. M. 67. Eliseu, en jugada personal después de una pared con Seba.
Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Camacho,Duda y Gregory.
28.881 espectadores en La Rosaleda.
El cuadro asturiano no se desinfló tras el gol. Willy Caballero, cuya aportación, a base de puntos salvados en la travesía del desierto invernal, ha quedado eclipsada por la eficacia goleadora de La Bestia, evitó un temible remate de Eguren tras un centro de Luis Morán.
El central malaguista Camacho, que empezó muy bregador, incluso despreciando su propia integridad física, vio una tarjeta amarilla tempranera que hizo que los de Preciado se animaran a pasar al ataque. Pellegrini tuvo que reestructurar su ataque tras la lesión de Rondón, en el minuto 33. Fueron los minutos más angustiosos para el conjunto local.
Para sustituir al gladiador venezolano, El Ingeniero hizo entrar en el campo a Recio, que basculó hacia la banda derecha, y situó a Baptista como delantero centro. En esa demarcación, La Bestia, a la que no se le ha visto límite en La Rosaleda, se dedicó a hacer diabluras y a provocar saques de esquina regateando a los laterales del Sporting en un metro cuadrado de césped.
El encuentro se convirtió en un monólogo en la segunda parte. Recio y Apoño robaban los balones que dejaban los sportinguistas, lanzados al ataque con más fe que acierto. La entrada de Barral tras el descanso apenas generó más peligro que un cabezazo a pase de Ayoze.
Eliseu, que ya había mostrado ansia atacante en la primera mitad, aprovechó uno de los huecos que el Sporting dejaba en sus ataques. Tras una carrera desde el centro del campo, el portugués, que ha ido ganando en serenidad con el paso de las jornadas, lanzó una pared a Seba Fernández. El incombustible uruguayo le devolvió un balón franco que los centrales rojiblancos no quisieron disputarle. Eliseu casi no tuvo más remedio que meter el gol.
Era el minuto 67 y el Málaga cerraba una temporada que empezó con esperanza tras una inversión multimillonaria del jeque Abdulá al Thani, transcurrió con zozobra y se enderezó vertiginosamente en la recta final del campeonato.
Con cinco victorias consecutivas y solo dos goles en contra en seis partidos, los de Pellegrini batieron ayer una de las plusmarcas internas del Málaga. Con el partido de ayer, los malaguistas obligaron de paso al propietario del club a honrar su promesa de pagar 100.000 euros por jugador, prima pactada por alcanzar los 45 puntos necesarios para una permanencia cada vez más cara.
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