_
_
_
_
_
Crítica:DANZA | Compañía de Antonio Gades en el Real
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un legado universal

Tres programas de la compañía Antonio Gades se están viendo estos días en el Teatro Real madrileño que resumen el corpus principal y definitivo de la obra coreográfica del de Elda, sin cuestionamientos superfluos, el coreógrafo más importante del ballet español del siglo XX. Son funciones muy emotivas (aún distando de poder considerarlas óptimas tal como las concebía su creador en su inveterado rigor) que se transmiten en directo a muchos sitios del mundo y se están registrando para una edición comercial en DVD. Carmen, Fuenteovejuna, Bodas de Sangre y Suite Flamenca son las piezas escogidas. Es casi todo lo que este artista legó y ninguna es fácil de poner en pie. Acaso falta Suite Española y su versión de El amor brujo tanto como su primera obra, Don Juan, que sigue siendo un misterio para quien no la alcanzó tan tempranamente en el Teatro de La Zarzuela, pero de una indudable importancia histórica, casi un punto de inflexión definitiva de apertura a los lenguajes teatrales modernos del ballet escénico español.

Cuando se estudia la documentación subsistente de ese Don Juan, entendemos enseguida que ya todo Gades estaba contenido allí, que lo que hizo luego a través de más de 40 años y un estrecho puñado de obras muy estilizadas fue redondear un decálogo que va desde el mencionado estilo a una ética del teatro mismo. El lamentablemente escuálido programa de mano del Real no contiene una atinada y rigurosa cronología de Antonio Gades (Elda, 1936-Madrid, 2004); eso ayudaría mucho al espectador interesado a entender una trayectoria que está muy marcada por la influencia del ballet de su tiempo y de sus miras; tanto como las figuras y los teatros que frecuentó. Gades ha influenciado poderosamente en todos los que han venido después, pero se ha salvado de las imitaciones banales.

Cada una de estas obras escogidas para el Real tiene también su sello claro, su estilo muy marcado y su papel en el desarrollo de la estética del ballet español moderno. Carmen, que fue filme antes de pieza teatral, ya fue renovadora en su momento. Bodas, en camino inverso, teatro primero y después cine, ahonda en una plástica contemporánea, de situación. Gades elude el tipismo y se acerca sin rubor a los elementos populares donde sin faltar a lo racial establece una distancia, elige una manera de presentación que, siempre elegante, distingue el material coréutico de la estructuración modélica del género. Canciones populares muy trilladas adquieren un sensible trato de citación culta. El folclore, además de un perfume particular, trufa los materiales de creación, inserta una idea de verismo a la vez que da cimiento a una estilística a la que siempre se le achaca la falta de método. La compañía actual, dependiente de la Fundación que se ocupa de preservar el legado, funciona con discreta corrección. No puede hablarse de figuras sobresalientes porque no las hay. Acaso Miguel Lara con su arrojo juvenil, un destello al futuro.

Compañía de Antonio Gades en el Teatro Real.
Compañía de Antonio Gades en el Teatro Real.JAVIER DEL REAL
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_