El Athletic se enreda en su ventaja

Mantener un equilibrio es bueno para casi todo, excepto para ganar al Levante, un equipo que ha escalado por la pendiente que le empujaba hacia el descenso y es, por tanto, un luchador de anchas espaldas y férrea voluntad. Por suerte para el camino europeo que se ha marcado el Athletic, el equipo rojiblanco pronto comprendió que la tibieza que exudó ante el Espanyol no iba a acercarle a la victoria, así que tiró de corazón e impulsos para mantener intactas sus aspiraciones en Europa.

El equipo de Luis García presionó al rival las teclas más convenientes y le hizo daño recuperando balones pero no concretó objetivos. Tenía las tuercas más apretadas de lo que las tendría en todo el partido. Un pase de Muniain dio la llave a Toquero para colarle el balón entre las piernas al portero levantino. Los recursos ofensivos del equipo de García se desinflaban sin freno.

La segunda parte arrancó con un hecho prácticamente inédito en lo que respecta a Llorente, uno de los jugadores con más faltas en contra de la liga: el árbitro vio un penalti por una entrada de Nano sobre el delantero rojiblanco. Una oportunidad que David López convirtió en gol, lanzando bien arriba para poner las cosas casi imposibles a Munúa. Entonces el Levante pinchó en el plano anímico. La cabeza de Llorente encadenó ocasiones y Toquero volcó toda su entrega en un partido que se ponía de cara. Precisamente un pase del delantero alavés acabó en gol de Llorente, que sumaba el tercero y preparaba el terreno para el desequilibrio rojiblanco, incapaz de manejar tanta bonanza. El Levante recuperó su espíritu luchador y Stuani dio el primero de los sustos al Athletic. Nano se apuntó el segundo gol y la falta de tiempo dejó en el aire la posibilidad de que el aguerrido Levante hubiera ido más allá en su objetivo de amarrar la permanencia.