El legado

Uno de los grandes legados de Seve fue confiar en la medicina española. Y su apuesta demostró ser acertada pues la combinación de su excepcional fortaleza con la eficacia de nuestra sanidad consiguió romper muchos de nuestros complejos y decenas de estadísticas durante estos tres años. Una vez recuperado de la primera fase de su enfermedad decidió que quedaba mucho por hacer y creó la Fundación que lleva su nombre con una orientación crítica: que los pacientes como él pudieran recibir donde residieran el mejor tratamiento del mundo.

Para ello comprendió que la clave del tratamiento contra los gliomas es la investigación y como el mejor de los investigadores nos lanzó una hipótesis: "Si unimos a los mejores científicos españoles y europeos en una alianza que nos permita competir contra esta enfermedad, los financiamos adecuadamente y los ponemos al servicio de mis compañeros de equipo, las victorias llegarán muy rápido y podremos ayudar a muchas personas".

La Fundación Seve Ballesteros nació para unir a los mejores científicos, financiarlos

Sabía perfectamente que a él no le llegaría esa ayuda, pero apostó por los demás, por los futuros pacientes, por los que no tendrán recursos, por la solidaridad con el desconocido. Para demostrar esa hipótesis diseñó varios objetivos y nos puso a trabajar. Desde entonces, en la Fundación Seve Ballesteros hemos diseñado varios programas con el firme propósito de estar a un nivel científico proporcional al que Seve tenía en el golf. El primer proyecto se fundamentó en una alianza con uno de los centros más prestigiosos del mundo: el CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas). La alianza permitirá la creación de un grupo de neuro-oncología clínica que se asociará a hospitales de prestigio nacional para promover la investigación aplicada sobre tumores cerebrales. La idea de Seve era sacar la enorme creatividad de los centros de investigación para que se mezclara con la enorme medicina que se practica en los hospitales. Pero también sabía que era crítico el conocimiento profundo del enemigo. Y hay demasiadas cosas que desconocemos sobre los gliomas. Por ello, nos preguntó las formas en que podíamos conocer la totalidad de los componentes de los gliomas. Y desde entonces la Fundación lidera, con científicos de prestigio mundial, el consorcio sueco-español para el descifrado del proteoma humano. Este proyecto pretende disecar las más de tres millones de proteínas humanas.

Por último, el proyecto que aglutina todos los anteriores es quizá el más complejo pero el más ilusionante. Seve quería unir toda la potencia científica y médica española con la capacidad de generar ilusión, recursos y opinión en los deportistas de élite españoles. Quería unir golf, ciencia y medicina para devolver lo que él recibió de tantos millones de aficionados. Seve sabía que el mecenazgo era una asignatura pendiente y que el apoyo a nuestra ciencia y sanidad tenía que ser una de las claves de muchos de los cambios culturales, sociales y económicos necesarios. Confió en su Fundación para terminar este partido y que los resultados demuestren que aquella hipótesis era cierta. Yo solo espero que sepamos estar a la altura.

Cristóbal Belda ha sido el oncólogo de La Paz que ha tratado a Seve y es el director científico de su fundación.