Los desafíos reales de la campaña

Los principales partidos políticos arrancaron en la medianoche de ayer la campaña electoral con la pegada de carteles y el objetivo común de gobernar, o ser determinantes, en los Gobiernos locales y de la Generalitat. La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas sobre intención de voto marcó el punto de partida, que unos intentarán confirmar y otros desmentir en las urnas. Sin embargo, dentro del marco general del 22-M cada una de las formaciones políticas afronta sus retos particulares.

El presidente en funciones de la Generalitat y candidato del PP a la reelección, Francisco Camps, es quien arranca con mejores expectativas de gobierno. Sin embargo, los populares no van a pelear solo por revalidar la última mayoría absoluta de 2007. Quieren más. Camps necesita tomar oxígeno en las urnas con una victoria más abultada si cabe para hacer frente a su grave situación judicial y para ello necesita que los votantes no le distingan frente al resto de candidatos municipales de su propio partido. Con Camps imputado en el caso de los trajes, los populares han puesto especial celo en evitar cualquier error de su candidato durante la campaña. El resto se fía a convertir las elecciones municipales y autonómicas en una primera vuelta de unas elecciones generales. El paro y la crisis económica, como responsabilidad del Gobierno socialista, impregnarán todos los discursos de los candidatos populares.

Los socialistas, pese a las pesimistas expectativas, darán la batalla. Y en ese contexto, el líder del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, tratará de erosionar el poder del PP que preside Camps pese al lastre que supone la devaluación general en España de los apoyos al PSOE. El candidato socialista insistirá en el doble mensaje que ha caracterizado su precampaña y que va a centrar propiamente la campaña electoral: contra la corrupción y por el saneamiento de la Generalitat. Dos requisitos previos a la reactivación económica y el impulso de un nuevo modelo de prosperidad.

Para la Coalició Compromís, que lidera el secretario general del Bloc Nacionalista, Enric Morera, y en la que se integran Josep Maria Pañella (Bloc) y las diputadas Mònica Oltra y Mireia Mollà, de Iniciativa del Poble Valencià, el reto es superar la barrera electoral del 5% de los votos para obtener representación parlamentaria. Un objetivo complicado por los problemas de identificación de su marca. En el caso de Esquerra Unida el objetivo es que no haya duda alguna de que representa la opción que recoge una parte importante del malestar con el PSOE por la izquierda.