División sindical pese al récord del paro
UGT y Comisiones Obreras, por un lado, y CIG, por otro, recorren las calles de Vigo para reclamar empleo estable en manifestaciones separadas
226.000 parados, la mitad de ellos menores de 35 años. Cien mil gallegos que buscan sin éxito un trabajo desde hace más de un año. 22.000 familias en las que ya no entra ningún tipo de ingreso. UGT, Comisiones Obreras y CIG comparten el diagnóstico sobre los males de la economía gallega y su oposición a la reforma laboral del Gobierno pero no la estrategia sindical. El récord de parados en Galicia no impidió que las centrales volvieran a manifestarse por separado (UGT y CCOO, por un lado, CIG junto a BNG, por otro) en Vigo, como viene siendo habitual durante los últimos años en el primero de mayo.
Fuentes oficiales apuntaron que 2.000 personas secundaron la marcha de UGT y Comisiones Obreras, y 1.500, la de CIG. Los convocantes hablan de 10.000 en la primera, y 8.000 en la segunda. En los dos recorridos, que no llegaron a coincidir, pudieron oírse consigas similares en contra de los Gobiernos de Madrid y Santiago, de la política financiera y de los bancos.
El secretario general de UGT Galicia, José Antonio Gómez, reclamó a las distintas Administraciones que gobiernen la economía desde la política y no a la inversa. Lamentó que las consecuencias de la crisis las paguen los trabajadores y que pese a las reformas financieras el crédito no fluye. "Mientras no lo haga, esta situación no se va a salvar", aseveró Gómez, al tiempo que exigía al Gobierno un plan eficiente contra la economía sumergida y que ponga coto a los fondos especulativos.
Su homólogo al frente de Comisiones Obreras de Galicia, José Manuel Sánchez Aguión, señaló al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero como responsable de una reforma laboral "impuesta cuya contribución ha sido generar más desempleo, más precariedad y un despido más fácil". Pidió que el déficit se reduzca sin que sea solo a costa de los trabajadores y de las "capas más débiles de la sociedad". También exigió cambios en la política fiscal para que "pague más el que más tiene".
Al frente de la pancarta en la otra marcha, el secretario general de CIG, Suso Seixo, insistió en que no se puede salir de la crisis "recortando gasto social, salarios" ni buscar la competitividad "precarizando las condiciones laborales". Seixo reclamó que "se meta mano en las grandes fortunas el capital" y reivindicó como imprescindible la recuperación del impuesto de patrimonio, que el Ejecutivo de Zapatero eliminó. El portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, presente en la marcha, manifestó su rechazo a las "políticas de derechas que practican tanto la Xunta como el Gobierno central". Vázquez lamentó que el recorte de derechos sociales y laborales empeore las condiciones de vida de las personas en beneficio de la banca".
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