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Elecciones municipales

Barcelona, débil por un gobierno en minoría

Hereu ha encadenado una crisis tras otra mientras Trias se crecía

Blanca Cia

La noche electoral del 27 de mayo de 2007, el alcalde de Barcelona -en ese momento en funciones-, Jordi Hereu, dio por sentada la reedición del tripartito. Esa fue su primera equivocación, y la de los socialistas de Barcelona: pensar que el republicano Jordi Portabella estaría por la labor de formar gobierno y no quedarse en la oposición. Pero así lo hizo. A partir de ese momento, Hereu y su partido, junto con los socios de Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA), se instalaron en un gobierno en minoría. La falta de regidores suficientes -14 del PSC y 4 de ICV, frente a los 12 de CiU, 7 del PP y 3 de ERC- para gobernar, unida a la incapacidad para asumir esa nueva situación del propio Hereu y de sus más próximos colaboradores, ha sido una de las señas de identidad del mandato municipal que ahora termina.

Dos ediles han sido relevados y un tercero imputado en el mandato
Las encuestas dan ganador a Trias frente a un Hereu que no tira la toalla

Ese cóctel de debilidad, más la arrogancia del que siempre ha mandado, ha estado detrás de la mayor parte de las crisis que ha encadenado Hereu, empezando por la imposibilidad de aprobar la hoja de ruta del mandato (se hizo casi un año después) y siguiendo por las pinzas de la oposición, que ganaba iniciativas que no se cumplían (una de las más sonadas, el rechazo al túnel del AVE por el Eixample), hasta llegar a episodios como la prostitución en los soportales de la Boqueria, de agosto de 2009, que abocó a los socialistas a admitir que abrirían el grifo para los prostíbulos y meublés -para evitar el espectáculo de la calle- y desdecirse por completo meses después.

La confianza en seguir dominando la escena llevó al gobierno de Hereu a situaciones que acabaron en sonados fiascos. El primero, en torno al proyecto del hotel del Palau de la Música. Itziar González Virós, la edil de Ciutat Vella, presentó la dimisión en abril de 2010 en parte por su oposición a ese proyecto y por estar en el ojo del huracán de una trama de corrupción de funcionarios de ese distrito por la que están acusados de prevaricación y soborno dos funcionarios: Heliodoro Lozano y Elena Ariza. Además de esa crisis de gobierno, el proyecto del hotel del Palau -después descartado- desencadenó otro serio revés a Hereu cuando un juzgado imputó penalmente al cuarto teniente de alcalde, Ramón García-Bragado, por la tramitación urbanística.

Consecuencia de esa minoría y de la necesidad de buscar apoyos fue el fiasco de la consulta de la Digonal. En el otoño de 2009, con la negociación de los presupuestos sobre la mesa y la perentoria necesidad de buscar apoyos, Hereu accedió a la idea de Jordi Portabella (ERC) de someter a consulta ciudadana la reforma de la Diagonal. La consulta se realizó en mayo de 2010, con un coste de 3,17 millones de euros y un contundente no. El resultado sonó como una bofetada en la cara de Hereu y se llevó por delante al primer teniente de alcalde, Carles Martí, que fue destituido. Y fue, precisamente, el fiasco de la Diagonal lo que afianzó más al líder de CiU, Xavier Trias, que vio como la no reforma de la avenida -que era su posición- salía victoriosa. A partir de ese momento, todas las encuestas que han realizado tanto los socialistas como las filas de CiU -además de las de los medios de comunicación- han dado como claro ganador a Trias en las elecciones que se celebrarán dentro de tres semanas.

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Más todavía después del resultado de las autonómicas, en las que CiU obtuvo 130.000 votos más que el PSC. Pese al descalabro, el pésimo resultado de los socialistas dio una baza a Hereu. Y la jugó: se enrocó en ser el candidato de las municipales, forzó la celebración de unas primarias -para torpedear el intento de su partido de apartarle- y ganó a Montserrat Tura.

Ahora la pregunta que se hacen los socialistas es si Hereu podrá remontar algo la caída libre y si el electorado de izquierda se movilizará ante el ruido de tambores de los recortes del Gobierno que lidera Artur Mas en el lado montaña de la plaza de Sant Jaume.

Las incógnitas no son pocas: qué efecto tendrá la maniobra de Jordi Portabella -que con las siglas de ERC obtuvo cuatro ediles en 2007- y Joan Laporta al presentarse bajo las siglas de Unitat per Barcelona; si la marca de ICV-EUiA tiene tirón con un cabeza de lista, Ricard Gomà, no muy conocido, y sobre todo si la ventaja que todos los sondeos dan a Xavier Trias (CiU) se confirma y en qué grado. No es lo mismo que los nacionalistas se impongan a los socialistas por tres concejales que por cinco. El Partido Porpular aspira, como mínimo, a repetir con sus siete concejales y sobre todo a tener la llave de la gobernabilidad.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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