El artista recibe en casa
El músico Nicolás Pastoriza inicia con los hermanos Ferreiro un ciclo de conciertos en su terraza
El skyline de la ciudad se recorta contra la puesta de sol, en el horizonte. Pero Lorenzo insiste, y hasta el último suspiro aprieta con fuerza en la tarde de abril. En el balcón con sombrilla del décimo piso, el espectáculo está tanto hacia fuera, asomado sobre las azoteas ajenas de la Gran Vía viguesa y descubriendo jardines secretos e invisibles a ras de suelo, como hacia dentro. Porque el músico Nicolás Pastoriza, un imprescindible de la escena musical gallega desde hace ya dos décadas, invita a concierto en su terraza.
Entre la promoción y el divertimento, Pastoriza estrenó ayer su ciclo particular de actuaciones. Tan hecho a medida, que se realiza en su casa y entre amigos. Aunque, en realidad, la invitación es extensiva a cualquiera que, en unos días, acceda a su página web, www.nicolasycia.com, y entre en el canal de Youtube El té con Nicolás. Y allí se comprobará que los hermanos Ferreiro, Iván y Amaro, fueron los primeros invitados a esta versión de speed show, denominación actual para los eventos sorpresivos de toda la vida celebrados en lugares inesperados, como la memorable aparición de The Beatles sobre la terraza de Apple en 1969. La diferencia es que ahora se difunden a través de las redes sociales.
Infusiones, café y refrescos dispuestos en una mesa en el salón contiguo a la solana. Alguien sale de la cocina con una bandeja de fresas que reparte entre los asistentes, casi todos, teléfono o cámara en ristre, dedicados a registrar cada momento irrepetible de un concierto exclusivo. El ambiente es familiar. El padre de los Ferreiro pregunta si una de las sillas situadas a la sombra está ocupada "por alguien mayor que yo" y, mientras, Pastoriza estrena, con voz, guitarras y ukelele, algunos temas de su próximo disco, Hoy le disparé al presidente y otras canciones de amor. Tras el solo, se le suma primero Amaro y juntos interpretan Vueltas. "Es mi canción favorita de Amaro y, como estoy en mi casa, le pedí que la tocara", reconoce el anfitrión. Un par de temas e Iván, al piano, releva a su hermano pequeño, que pasa a ocuparse del sonido.
La música se mezcla con las gaviotas, el tráfico de salida de los trabajos y el chasquido de las latas de cerveza, y el repertorio vuelve a ser primicia: la del próximo lanzamiento de este dúo, El niño con la raqueta en el espejo. "Nunca jugué al tenis con la primera raqueta que me regaló mi madre, porque fue mi primera guitarra para hacer playback frente al espejo", cuenta Pastoriza entre las carcajadas de su público.
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