"El presente es tan bueno que no quiero pensar en el futuro"
El pívot de los Grizzlies, a los 26 años y en su tercera campaña en la mejor Liga del mundo, se erige en pieza básica de un equipo que ha pasado de ser comparsa a tener contra las cuerdas a los Spurs de San Antonio, los mejores de la Conferencia Oeste en la fase regular
Gregg Popovich, el entrenador de los Spurs, debe estar empezando a reconsiderar la exclamación que soltó cuando se enteró de que los Grizzlies habían traspasado a Pau Gasol a los Lakers, en febrero de 2008. "¡Es el mayor robo del siglo!". Desde luego, Pau le ha dado buena parte de la razón con su decisiva participación en las tres finales y dos títulos que suma desde entonces el equipo de Phil Jackson. Pero, en el otro fiel de la balanza, Memphis se hizo con los derechos del hermano de Pau. Y con Marc, los Grizzlies empiezan a encontrar por fin un lugar al sol de la NBA. Nunca en sus 16 años de existencia -seis en Vancouver y 10 en Memphis- habían logrado una victoria en unos playoffs. Y, menos aún, habían podido acariciar la perspectiva de pasar a la segunda ronda. En esas están. Dominan por 2-1 la serie al mejor de siete partidos ante un rival de postín, el segundo que más victorias obtuvo, 61, en la fase regular, uno de los grandes aspirantes a un título que ha conquistado cuatro veces desde 1999, que no es otro que los Spurs, el equipo de Popovich.
"Hemos llegado más enteros y hemos puesto una marcha más a nuestro juego"
"Nuestro entrenador, Hollins, me pide que sea más agresivo al ataque y más egoísta"
"Interés por mí habrá, pues pívots grandes no hay muchos y los equipos nos aprecian"
"Juego un poco más en el poste alto y desde allí distribuyó más el juego"
Marc Gasol le está demostrando al veterano entrenador de San Antonio, y a todos aquellos que quieran verlo, su capacidad para desempeñar un papel relevante, fundamental, en el excelente funcionamiento de los Grizzlies y también para neutralizar a un legendario como Tim Duncan y a un veterano de gran nivel como Antonio McDyess. Cuando ha llegado la hora de la verdad, la locura de los playoffs, Lionel Hollins, el entrenador de los Grizzlies, ha aumentado los minutos de Marc en la cancha -promedia 41- y el pívot de Sant Boi (Barcelona), ha respondido erigiéndose en el máximo reboteador del equipo con una media de 11,7 rebotes y en el segundo máximo anotador, tras Zach Randolph, con una media de 17,7 puntos. Todo eso en un año en el que Marc acaba contrato y en el que media NBA está intentando atarle en corto.
Para los Grizzlies, el jugador español es la tercera pata del ya ambicioso proyecto a corto plazo que manejan y que empezaron a redondear con la renovación de Rudy Gay, por cinco años y 57 millones de euros, y la que acaban de acordar con Zach Randolph, por cuatro años y 45 millones de euros. Definitivamente, el español cotiza al alza y ha conseguido situarse en la cresta de la ola de la mejor Liga de baloncesto del mundo.
Pregunta. ¿Cómo explica el éxito de los Grizzlies?
Respuesta. La pasada temporada nos desinflamos. Esta vez, la experiencia nos decía que, si queríamos llegar a los playoffs, teníamos que llegar más enteros al final de la temporada y ser más agresivos. Este año hemos puesto una marcha más en nuestro juego y eso ha evitado que perdiéramos los cinco o seis partidos que perdimos el año pasado en momentos cruciales.
P. ¿Cuáles han sido las principales dificultades?
R. No ha sido una temporada fácil, ni mucho menos. Al no habernos metido en los playoffs hace un año, el calendario ha sido más complicado, con muchos partidos fuera de casa, para empezar, con dos giras muy largas por el Oeste y frente a rivales muy fuertes. Eso nos obligó a empezar con un nivel ya fuerte y, a pesar de todo, a sufrir en la clasificación, donde llegamos a estar muy atrás. Pero, a pesar de las lesiones y de que OJ Mayo sufrió diferentes problemas y pasó a sentarse en el banquillo, hemos ido superando todos los inconvenientes.
P. ¿Qué es lo que más ha cambiado en los Grizzlies de un año a esta parte?
R. Lo más importante, además de la llegada de algunos jugadores como Vasquez, ha sido el cambio de dos titulares. La baja por lesión de Rudy Gay y el cambio de papel de OJ Mayo, ha dado entrada en el cinco inicial a Tony Allen, también nuevo en el equipo, y a Sam Young.
P. ¿Cómo ha influido eso en su juego?
R. Lo que más ha cambiado ha sido nuestra mentalidad. Conley es más anotador y estamos jugando de otra manera porque Tony Allen y Young son más penetradores y menos tiradores que Rudy Gay y OJ Mayo.
P. ¿Y en su caso, cómo se ha adaptado a la nueva situación?
R. También he cambiado un poco mi forma de jugar. Estoy haciéndolo un poco más en el poste alto y desde allí distribuyó un poco más el juego.
P. ¿Y cómo le ha sentado ese cambio?
R. A mí lo que me gusta es jugar y el entrenador ya lo sabe. Me siento cómodo por igual allí donde me ponga. Si veo que no da resultado soy el primero que lo digo. Pero busco mis opciones, busco un poco más a Zach [Randolph] y en ataque juego un poco más de cuatro.
P. ¿Influye eso en el número de tiros que promedia (8,5 en temporada regular y 10 en playoffs?
R. Tal vez, pero los números son números, lo que importa es el marcador, el equipo.
P. ¿Cuál es el secreto de un equipo que no destaca sobremanera en nada en especial, que es el 12º en ataque, el 16º en rebote, el 21º en asistencias, el 13º en puntos recibidos?
R. La defensa. Ha sido nuestro mejor arma respecto al año pasado, el aspecto en el que más hemos progresado. Estamos todos más involucrados y además contamos con un gran defensor como es Tony Allen que entonces no teníamos. A media temporada también se ha incorporado Shane Battier, otro jugador que nos está ayudando muchísimo por su experiencia, porque tiene carácter de líder, porque es muy querido aquí en Memphis donde empezó y estuvo varios años con mi hermano Pau.
P. Zach Randolph acaba de renovar y explicó que cuando firmó le comunicaron que iban a renovarle a usted y que esa fue una de las razones por las que él aceptó el acuerdo.
R. Con nosotros no pueden hablar de renovación, ni conmigo ni con mis representantes, al menos hasta el 1 de julio; y si hay lockout (cierre patronal), hasta que concluya el lockout, así que...
P. Pero le consta que varios clubes le querrán.
R. Interés por mí habrá, porque pívots grandes no hay muchos. Los equipos son conscientes de ello y nos aprecian. Más allá de las estadísticas, si uno hace bien las cosas, contribuye al buen juego de su equipo y encima hay victorias, el que sabe de baloncesto siempre lo tiene en cuenta.
P. ¿Está contento personalmente con su temporada?
R. Soy consciente de que estoy bien, pero tengo muchas cosas que mejorar y no pienso en el próximo año. Queda un poco lejos. Cuando acabe la temporada me tomaré 10 o 14 días de vacaciones y después volveré a comenzar. Quiero trabajar individualmente en temas físicos, aspectos que no han ido como yo deseaba, aunque solo he sufrido una torcedura de tobillo y solo me he perdido un partido. Pero el año pasado estaba un pelo mejor físicamente.
P. Pau, cuando estaba en Memphis y poco antes de su gran renovación, se quejó porque dijo sentirse en aquel momento poco valorado. ¿Cómo se siente usted ahora, cuando siendo un jugador esencial para los Grizzlies tiene un contrato de los más bajos de la plantilla (2,3 millones de euros)?
R. Un jugador nunca cobrará su valor real. Siempre está sobrepagado o por debajo de lo que merece. Es difícil encontrar el valor real. La suerte que tenemos es que seguimos creciendo y de esos temas ya se encargan nuestros agentes y representantes.
P. ¿Cómo se siente tratado en Memphis?
R. Muy bien. Me siento muy estimado tanto por la gente de la ciudad como por mis compañeros. Tengo el respeto de ellos y de la franquicia. No es sencillo ser titular en un equipo de la NBA y desde el primer día lo he sido.
P. ¿Ha cambiado mucho el ambiente en torno al equipo?
R. En los dos últimos años se han involucrado mucho más. Y eso se nota mucho. A veces vuelves reventado de una gira y tienes que jugar un partido contra un rival mal clasificado en casa, contra los Minnesota por ejemplo, y el apoyo y el empuje de la afición te da otra dimensión. No ha sido fácil que el pabellón vuelva a llenarse porque la crisis económica se ha notado, y más, si cabe, en Memphis, una ciudad pequeña. Hemos hecho un gran esfuerzo y todos los jugadores hemos trabajado para la comunidad, para hacer ver a la gente la importancia de que todos nos apoyemos y nos ayudemos.
P. ¿Usted ve a este equipo con posibilidad de crecer mucho más a corto plazo?
R. Ahora mismo, no me he parado a pensar en esto porque tenemos un presente tan bueno que... Hace dos años ganamos solo 24 partidos, el año pasado 40, este año hemos ganado 46 y estamos en los playoffs. Hemos ido mejorando y no creo que estemos haciendo aún nuestro mejor juego. El presente es tan bueno que no quiero pensar en el futuro.
P. Su entrenador Lionel Hollins, ¿le está pidiendo cosas diferentes esta temporada?
R. Sobre todo que sea agresivo en ataque. Cree mucho en mi manera de ver el juego, le gusta. Pero la temporada es muy larga y las dinámicas van cambiando. Me pide que sea más egoísta. A mí, siempre me han enseñado a jugar para el equipo, pero a veces hay que explotar más lo individual.
P. ¿Cómo ve la situación ante un posible cierre patronal?
R. Nunca hemos vivido un cierre. Las referencias son las del anterior lockout. El tema parece que es difícil porque llevamos mucho tiempo negociando y nos estamos preparando para lo peor, aunque nadie quiere que se produzca. No sé que haré. No tendré contrato. Mi caso será diferente al de muchos otros. Se pueden dar tantas situaciones que no sé.
P. ¿Tiene una espina clavada en la selección?
R. Sí, es normal. Cuando no se consiguen los objetivos que perseguíamos en el último Mundial... Todos los que estamos involucrados con la selección nos sentimos responsables porque no fue tan bien como pretendíamos. Pensar en los Juegos Olímpicos es un poco prematuro. El primer objetivo es conseguir el oro en el Europeo, un campeonato casi más complicado que los Juegos.
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