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Reportaje:COPA DEL REY | 18º título blanco

Con El Jefecito no basta

Mascherano, en su primera final con el Barça, jugó de central gracias a su talento táctico

El brazalete de capitán en la selección argentina no lo lleva cualquiera; el actual capitán de la albiceleste se llama Javier Mascherano (26 años; San Lorenzo, Argentina). El barcelonismo descubrió por qué. Con Puyol lesionado y Abidal enfermo, Guardiola prefirió a El Jefecito antes que a Milito como pareja de Piqué, exigiéndole en una posición extraña que hiciera lo que siempre hizo desde que su padre le puso a jugar de mediocentro cuando era solo un niño: echarle una mano al equipo.

Toda una vida recuperando balones y tocando como pivote y en su primer partido grande con el Barcelona, el primero en el que se jugaba un título, tuvo que jugar de central, al filo del abismo. Viéndole ayer, nadie diría que no había jugado en esa posición más que un partido -contra el Shakhtar (0-1) en Donetsk, el 12 de abril, en los cuartos de la Champions- y un ratito de otro -contra el Almería (3-1) en un partido de Liga en el Camp Nou, el pasado 9 de abril-.

Le sacó un remate a Cristiano bajo los palos y le robó la cartera a Di María
El argentino solo cometió una falta durante todo el encuentro

Fue entonces cuando el argentino se convirtió en el noveno futbolista que Pep Guardiola utilizaba en el eje de la defensa, después de Piqué, Puyol, Abidal, Milito, Busquets, Fontàs, Bartra y Sergio Gómez. "Siempre he pensado que un mediocentro con facultades y que sea inteligente puede jugar de central", dijo el entrenador del argentino.

Mascherano respondió al desafío con la cabeza alta. Hizo mucho por el equipo: le sacó un remate a Cristiano bajo los palos, le robó la cartera a Di María, tapó a Marcelo, cubrió a Alves y le dio salida a la pelota superando la primera fase de presión, casi siempre tratando de activar a Messi; y corrigió la falta de centímetros con colocación cuando se trató de pelearla por arriba, incluso con Cristiano, que le supera en 10 centímetros. Xavi y Villa coincidieron en que el Madrid supo frenar el juego del Barcelona en la primera parte. El medio catalán apostilló: "La única manera de salir adelante es seguir siendo fieles a nosotros mismos. Ellos siempre juegan a expensas nuestra. Lo tienen más fácil. Juegan a esperar y a la contra". El delantero asturiano describió que fue de esa forma como llegó el gol del Madrid: "Cuando mejor estábamos, llegó su gol a la contra y se complicaron las cosas". Xavi insistió en subrayar la fase de mejor juego del Barcelona: "Han sido treinta minutos buenísimos. De habernos adelantado en el marcador, hubiera sido otro partido".

Mascherano se mantuvo firme en todas las fases del juego descritas por sus compañeros, entre otras cosas porque lee como pocos los partidos, porque por sus venas corre la sangre de futbolista de calle, intuitivo y listo. Y eso hizo. Por eso rebañó la pelota a los futbolistas del Madrid tantas veces, casi siempre dando apoyos a Piqué. Es un tipo curtido. Lleva en el zurrón dos finales de los Juegos Olímpicos, que ganó en 2004 y en 2008; dos de la Copa América, que perdió en 2004 y en 2007; la del sudamericano sub 20, que ganó en 2003; una de la Copa Confederaciones, que perdió en Alemania en 2005; y una Champions, con el Liverpool en 2007, que perdió.

Mascherano, nacido en San Lorenzo, nunca jugó en Newell's, su equipo de la infancia, pero sí en River, Corinthians, West Ham y en el Liverpool, donde fue lugarteniente de Xabi Alonso, con el que ayer se vio las caras en Mestalla. Mascherano solo cometió una falta. Y sin querer siquiera, a punto estuvo de provocar la expulsión de Adebayor, que le dio una colleja nada más entrar en el campo.

Mascherano dijo cuando llegó al Barcelona que llegaba para competir por un puesto. Y con la competición comenzada recordó que sería un necio si se quejara por ser suplente de Busquets, campeón del mundo. Siempre supo cuál era su sitio en este grupo. Pero un tipo como él no se resigna a no pisar el pasto. Y a medida que entendió el juego posicional del equipo fue cobrando importancia. Lleva 35 partidos este año (21 en la Liga; ocho en la Liga de Campeones; y seis en la Copa del Rey), hasta terminar por revelarse como un sorprendente y solvente central el día que sublimó su talento táctico al trabajo de equipo en su primera final en Barcelona. "Masche tiene mucha pierna. Aporta tranquilidad", le había alabado Guardiola.

Claro que no fue bastante con el talento y el saber hacer de El Jefecito. No le bastó al Barça.

Mascherano antes de lanzar una falta.
Mascherano antes de lanzar una falta.CLAUDIO ÁLVAREZ

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