El fiscal presenta denuncia penal por una piscifactoría que secó un río

La mayor piscifactoría de Galicia, propiedad de la empresa Tres Mares en Lires, en el municipio coruñés de Cee, lleva 42 años alimentándose del agua robada al río Castro en un espacio triplemente protegido por su valía ambiental y con el consentimiento de la Xunta. La Fiscalía del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) llevará ante los tribunales a los responsables de Tres Mares por un presunto delito contra los recursos naturales, que se juzgará por la vía penal. El fiscal especializado en delitos contra el medio ambiente, Álvaro García Ortiz, acordó abrir diligencias preprocesales contra el grupo acuícola por los posibles delitos de captación abusiva de aguas y defraudación de aguas públicas.

La empresa acumula informes negativos en varias consellerías

Posee cerca de 300 piscinas de agua dulce en un espacio protegido

En un informe fechado el 15 de marzo, García Ortiz señala que "desde 1994 la empresa incumple de manera consciente y voluntaria los términos de la concesión". Destaca que la piscifactoría "no vierte caudal ecológico alguno" y deriva el río "casi en su totalidad hacia la piscifactoría" cerrando el paso a las especies con "remontes insuperables". Llama la atención sobre el hecho de que entre 1994 y el 2007, las Consellerías de Medio Ambiente y Medio Rural acumulasen informes negativos y expedientes abiertos contra una empresa que incumplía de forma reiterada sus obligaciones legales y carecía de sistema para medir y regular un caudal ecológico, el equivalente al 10% de la media anual del río, que es obligatorio desde 1992. La última sanción a Tres Mares se la impuso Aguas de Galicia por un vertido ilegal el 6 de septiembre del 2010.

Detrás de la denuncia está la asociación Ríos con Vida-AEMS, que en septiembre del año pasado denunció ante la Fiscalía que la compañía se adueñaba del caudal del río de forma ilícita. Instaron al juzgado a que declare la caducidad de la concesión y exigen la demolición de la presa Vaosilveiro, una barrera de hormigón de 10 metros de altura que le sirve a Tres Mares para desviar el agua del Castro hacia su granja de truchas.

Tres Mares se asienta en la desembocadura del Castro en la ría de Lires, una de las más pequeñas de Galicia, a medio camino entre Fisterra y el cabo Touriñán. Posee cerca de 300 piscinas de agua dulce para la cría y engorde de la trucha arcoíris en un espacio natural protegido por partida triple con tres figuras ambientales como Lugar de Interés Comunitario (LIC), Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Zona de Especial Protección de los Valores Naturales, esta última aprobada por el Gobierno autonómico el 2 de abril del 2004.

Tres Mares tenía autorización para captar 3.500 litros de agua por segundo de acuerdo a la concesión que obtuvo en 1986 por 75 años. Tras la primera denuncia de los ecologistas, la compañía se defendió alegando que nunca habían captado "ni un litro más" de lo permitido. Ríos con Vida sostiene que, lejos de respetar la concesión, la empresa piscícola se apropió del Castro para llenar y rellenar sus piscinas de agua dulce y desecaron el río. Durante el invierno, el agua de la lluvia ayudaba a desbordar el embalse y un pequeño reguero fluía hacia el mar, pero la situación del Castro era particularmente grave en los meses de estío, ya que la represa de la piscifactoría dejaba prácticamente seco el lecho del río.

El fiscal advierte que el permiso de explotación expira en junio de este año (aunque es prorrogable hasta 2018) y pide al juzgado que traslade el contenido de la denuncia a la Consellería do Mar "por si lo estima relevante en su expediente de revisión". "Con nuestras denuncias, exigimos que se aplique la ley", sostiene Pedro Brufao, presidente de Ríos con Vida. Critica que son muchos los casos de caudales gallegos sobreexplotados.