Salgado resta importancia al repunte de la prima de riesgo
La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, quitó ayer hierro al alza de la presión contra la deuda de España. "No tendríamos que estar tan atentos a un pico en una semana en la que los volúmenes negociados son menores", afirmó en una entrevista a la SER. Salgado se refería a las vacaciones y a que las turbulencias han venido impuestas desde fuera por las dudas sobre una reestructuración de la deuda griega y el temor a que Finlandia complique los rescates tras el auge electoral de la ultraderecha.
Desde el jueves, la prima de riesgo española, que es el sobreprecio exigido a sus bonos a 10 años frente a los de Alemania, de referencia, ha pasado de 172 puntos básicos a 230. Aunque ayer, el mercado le dio la razón a Salgado y este indicador, que es el que mejor mide la confianza de los inversores, bajó seis puntos básicos, a 224. La situación del país era la misma que el día anterior, ya que en caso de que Grecia pacte una quita, el país que abre la lista de posibles próximas víctimas sigue siendo España, pero ayer tocó parar el acoso.
"Las consecuencias prácticas en términos presupuestarios [de un repunte de la prima] dependerán de la duración y de la intensidad, pero si, como pensamos, se revierte sobre la base de las reformas, no tendrá prácticamente efecto", matizó Salgado. Hoy, el Tesoro pondrá a prueba sus palabras con una subasta de bonos a 10 años para captar hasta 3.500 millones. En la última operación al mismo plazo de marzo rebajó los intereses al 5,179%, aunque ayer estos títulos tocaron en el mercado secundario el 5,571%, su valor más alto desde la incorporación al euro.
Subasta de Grecia
Ayer fue Atenas quien tuvo que pasar el examen del mercado en medio de los rumores sobre una renegociación. "La cuestión no es saber si habrá reestructuración, sino cuándo se hará", señaló un ministro bajo la condición de anonimato al diario alemán Die Welt. Pese a ello, Atenas obtuvo un preciado suficiente al vender 1.650 millones, por encima del objetivo de 1.250 millones. Para ello, elevó la rentabilidad al 4,1%, lo que es más caro que en la última subasta de febrero, pero más barato que lo que paga al FMI y la UE por el crédito del rescate. En el interior del país, los sindicatos anunciaron para el 11 de mayo la segunda huelga general del año contra los ajustes del Gobierno.
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