Iniciativas varadas en La Marina
Las previsiones empresariales sobre la creciente demanda del golf auguraban antes de la crisis que en 2015 habría ya 70 campos repartidos por el territorio valenciano. Los campos tenían la consideración de sector clave para el desarrollo turístico, sobre todo de la Costa Blanca. Hoy funcionan 27 en la Comunidad Valenciana, de los que 17 están en Alicante, donde decenas de proyectos han quedado varados en el lugar común que es la crisis del ladrillo.
En La Marina Alta, los campos de Pego, Benimeli, Gata, Ondara, Benissa o Sanet i Negrals iban a ocupar nueve millones de metros cuadrados. Pero todos ellos se encontraron con una fuerte resistencia ciudadana y los mismos alcaldes del PP que primero los apoyaron, luego desistieron de seguir con su tramitación. Es el caso del campo que afectaba a la Penya Roja de Pego; a la sierra Segària de Ondara, o de los dos campos y 4.700 viviendas en 3,63 millones de metros en las partidas de la Rápita, Vinyent y Bombí de Benissa.
En La Marina Baixa, el campo de golf y las 3.884 viviendas de La Serreta, en la localidad de La Nucia, provocó el abandono de una gran parte de su huerta. El proyecto Los Puentes del Algar, en Altea, con 5.260 viviendas y otro campo, pretendió ocupar una zona húmeda catalogada. También está abandonado el suelo entre La Vila Joiosa y Finestrat para 1.653 viviendas con golf. Hasta en Orxeta, un pueblo de apenas 800 habitantes, el gobierno local, del PSPV, quiso construir 5.000 viviendas y un campo.
Orihuela es la ciudad con más campos de golf de la Comunidad Valenciana. Tiene cinco de los ocho que oferta La Vega Baja. Pero no han eludido la polémica. Unos porque se han proyectado en pequeños municipios como Jacarilla, que con el campo de golf y sus 2.400 viviendas habría multiplicado por 4,5 su población. Otros, como el Albatera Golf, que se comenzó a construir sin licencia en 2003, porque recibió un informe ambiental negativo de la Consejería de Medio Ambiente y la fiscalía acabó investigando la invasión de suelo protegido que pretendía. Y los más porque la demanda cayó en picado o la empresa urbanizadora quebró, como es el caso de Dolores, donde el Ayuntamiento gobernado por el PP sigue empeñado en construir 2.600 viviendas y un campo de golf en una zona de huerta próxima al Hondo.
Pero hay planes que siguen en pie. En Biar (3.500 habitantes), en el Alto Vinalopó, la inmobiliaria Llanera ha encontrado, en los kilómetros de montaña frondosa y pino verde que rodean este pequeño municipio una fortuna aún sin explotar. Se trata de los terrenos de la partida de Santa Aurelia, colindante con Castalla, Sax y Onil, con una previsión de 2.234 viviendas y campo de golf.
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