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Peres defiende ante el Príncipe los ataques de represalia sobre Gaza

Don Felipe aboga en Israel por la convivencia con un futuro Estado palestino

Miguel González

Fiel a su imagen de paloma con garras de acero, el presidente israelí, Simon Peres, defendió anoche ante los príncipes de Asturias los bombardeos del Ejército sobre la franja de Gaza. "El Estado de Israel hace todo lo necesario y lo seguirá haciendo para defender la seguridad de sus ciudadanos y poner fin al terrorismo", dijo en la cena oficial ofrecida a sus huéspedes en el hotel Rey David de Jerusalén. Aunque el enfrentamiento entre Hamás e Israel se ha tomado un respiro en las últimas horas, el mandatario israelí aprovechó la ocasión para denunciar que cientos de miles de ciudadanos están expuestos a los cohetes y granadas de mortero lanzados desde la franja, y que un adolescente de 16 años sigue grave por el ataque a un autobús escolar el pasado jueves. "La comunidad internacional entera debería plantarse frente a un ataque terrorista contra civiles y condenarla sin ambages", espetó. Pasó por alto el hecho de que 19 palestinos han muerto y 70 han resultado heridos en las operaciones de represalia israelíes.

El Príncipe no aludió a la última escalada de violencia, pero abogó por perseverar en la búsqueda de un acuerdo que permita "la convivencia de Israel con todos los Estados árabes vecinos, incluido el palestino, en condiciones de armonía, plena seguridad y reconocimiento de la legitimidad del otro". Al dar por hecha su existencia, don Felipe no hizo sino adelantarse a la decisión que el Gobierno español deberá adoptar tras el verano: el reconocimiento del Estado palestino. España, según fuentes diplomáticas, quiere dar este paso en el marco de un acuerdo con Israel o, al menos, con sus socios de la Unión Europea. Si ni siquiera esto fuera posible, pues Alemania se opone a toda acción unilateral, España iría adelante si una "masa crítica" de países europeos están dispuestos.

El reconocimiento del Estado palestino no resulta en sí polémico. El propio Peres dijo ayer que la solución de "dos Estados para dos pueblos" es compartida por la práctica totalidad de las fuerzas políticas de su país. Lo controvertido son las fronteras de 1967; la capital en Jerusalén Este; y el derecho al retorno de los refugiados. Los palestinos esperan que el reconocimiento sirva para presionar a los israelíes, y estos no quieren hablar hasta que haya un acuerdo de paz.

Por eso, don Felipe preguntó a Peres cuándo podrían reanudarse las negociaciones interrumpidas en septiembre y le ofreció: "España ha estado siempre y seguirá estando a disposición de las partes para generar espacios de entendimiento mutuo, en plena colaboración con la UE y otros actores internacionales", dijo. Los príncipes se convertirán hoy en los primeros miembros de la Casa del Rey que visitan Palestina. Ayer fueron los segundos en pisar Israel, tras los Reyes en 1993. Las familias reinantes europeas evitan esta conflictiva región, pero la Monarquía española es consciente de que tiene una relación histórica que cuidar con árabes y judíos. Y tanto unos como otros agradecen el gesto.

Don Felipe fue recibido en la residencia de Peres con honores propios de jefe de Estado, salvo los militares. Una veintena de escolares cantaron el himno tradicional de bienvenida, y entregaron un ramo de flores a doña Letizia.

A 60 kilómetros de Jerusalén, en el Centro Isaac Rabin de Tel Aviv, los príncipes conocieron por la tarde un Israel muy distinto: el de la modernidad y la alta tecnología. Tras recorrer una exposición sobre diseño digital, en la que colabora un instituto catalán, departieron con estudiantes e investigadores. "Sois la mejor razón para el optimismo, los mejores representantes de un futuro prometedor", les dijo don Felipe. Pero incluso en el recinto universitario había jóvenes en uniforme militar y fusil en ristre, como prueba de Israel es un país en permanente estado de guerra.

Los príncipes de Asturias, ayer en el Museo del Holocausto de Jerusalén.
Los príncipes de Asturias, ayer en el Museo del Holocausto de Jerusalén.TARA TODRAS-WHITEHILL (AP)

"El escalofrío del horror" nazi

Aun sobrecogido por el "escalofrío de horror" que produce recorrer sus salas, empapeladas con los testimonios de víctimas del Holocausto, el Príncipe plasmó en el libro de honor de Yad Vashem, en Jerusalén, el compromiso de España "con el valor de la vida, la libertad y la dignidad del ser humano, sin importar su raza, género, religión o nacionalidad".

Don Felipe se tocó con la tradicional kipá para avivar la llama en memoria de los millones de judíos asesinados por los nazis, mientras un rabino entonaba una desgarradora plegaria. Arremetió contra el antisemitismo, "una lacra cuyo combate es inexcusable", y recordó a los republicanos españoles que compartieron la suerte de los judíos en los campos de concentración.

La visita al Museo del Holocausto no fue solo por cumplir con una tradición para los mandatarios que visitan Israel. Don Felipe quería conocer este centro, que recibió en 2007 el premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Para evitar incidentes con la siempre puntillosa seguridad israelí renunció en cambio a pasear por la ciudad vieja de Jerusalén.

La visita al Museo del Holocausto no fue solo un peaje obligado para los mandatarios que visitan Israel. Don Felipe quería conocer este centro, que recibió en 2007 el premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

Para evitar incidentes con la siempre puntillosa seguridad israelí, renunció en cambio a pasear por la ciudad vieja de Jerusalén.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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