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Reportaje:LIGA DE CAMPEONES | Vuelta de los cuartos de final

El brasileño sin sal

Guardiola apuesta por Adriano, serio en el campo y discreto en el vestuario

Admite que no dudó un segundo en aceptar la oferta del Barça. Después de seis años en el Sevilla, más de 200 partidos y 19 goles, entre ellos el que le marcó al Espanyol en la final de la copa de la UEFA en Glasgow, Adriano no quiso pasar por alto la posibilidad de jugar en el que pasa por ser un equipo histórico y hacerlo a lado de su hermano Alves. "Es mi mejor amigo", sostiene Dani, que se justifica: "Adriano es muy buena persona". Nadie lo duda. Se llevan tan bien que no tuvo reparo en acompañarle en un sorprendente baile en la celebración del segundo gol contra el Shakhtar en el Camp Nou.

Tan discreto en el campo como fuera, Adriano es el brasileño con menos presencia en el vestuario del Barça hasta donde alcanza la memoria de los más veteranos en él. "Un día nos lo dejaremos en un campo y no nos daremos cuenta", bromean sus compañeros. "Si está Alves, se nota: siempre está liando alguna. A Adriano lo tienes que buscar para saber que ha llegado", insiste uno de los colaboradores de Guardiola, que, por otra parte, está encantado con él. "Ha cubierto nuestras expectativas", admite el de Santpedor, que, entre otras razones, le fichó por solvente en tres posiciones diferentes. "Es polivalente, pero tendremos que cuidarle los isquios", reconoció Guardiola mediado julio del año pasado, cuando fue presentado como el primer fichaje de la era de Sandro Rosell.

"Un día nos lo dejaremos y no nos daremos cuenta", dicen sus compañeros
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Fácil de resolver, difícil de gestionar

No ha cambiado nada del jugador que se recuerda en Sevilla, célebre por soso. En el Barça, como en su día en el Sánchez Pizjuán, de Adriano no se recuerda ni una mala cara, ni un mal día en el entrenamiento y, por supuesto, ni una sola anécdota en ocho meses. Pero tampoco un mal partido. A lo sumo, un mal pase: el que le dio a Busquets y se llevó Bendtner en el minuto 90 contra el Arsenal que heló la sangre del barcelonismo. Suerte que apareció Mascherano. "¡Menos mal!", atinó a exclamar aquella noche el brasileño, que no ha jugado demasiado -lleva 25 partidos, 19 como titular-, pero ha jugado de todo -en los dos laterales, en el centro del campo y en el extremo- y cada vez más, hasta el punto de que ha encadenado recientemente su mejor racha en la titularidad. Llegados al tramo decisivo de la temporada, cuando el jugador más importante es el que mejor está, Guardiola cuenta con él y lo ha dejado bien claro: de los últimos diez partidos, ha salido de inicio en siete. "Cuando se le ha requerido, ha estado y eso tiene mérito y habla mucho en su favor", considera Piqué. Sin levantar la voz ni siquiera abrir la boca, el brasileño gris le ha resuelto la papeleta.

Es cierto: le tocó cubrir la baja de Alves y lo hizo; se le requirió en punta y jugó en punta, y ahora, con la baja de Puyol y la de Abidal, Guardiola ha confiado en él y no le ha decepcionado. Se siente cómodo jugando su partida a la sombra de los mejores, consciente de que en el mejor equipo del mundo le toca cubrir las bajas de los titulares y hacer las horas extra que convenga para que descansen los demás. O, como ahora, cuando le toca asomarse a la primera fila por las circunstancias.

Siempre se definió Adriano como "un trabajador" y aunque quiso ser como Roberto Carlos, terminó asumiendo que le llega para lo que le llega: campeón del Mundo sub 17 el año 2003 y de la Copa América de Perú un año después, jugó nueve partidos con la canarinha, con la que nunca marcó un gol.

Adriano, ante el Arsenal en el Camp Nou.
Adriano, ante el Arsenal en el Camp Nou.CORDON

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