Héctor Quintero, el autor cubano de lo popular

Héctor Quintero era uno de los dramaturgos más populares y queridos del público cubano. Sin ninguna duda. No sería de élites ni el más profundo, pero sus obras, desde Contigo pan y cebolla, El premio flaco o Sábado corto, hasta el más reciente homenaje que rindió a Bola de Nieve con éxito absoluto, son parte del imaginario del teatro cubano y un retablo fiel, cómico y trágico a la vez, de la vida cotidiana en la isla. Fue fundador del Teatro Musical de La Habana, dirigió también el Centro de Teatro y Danza de La Habana, y se declaró siempre defensor de lo popular y criollo en el arte. Murió el 6 de abril en La Habana, la misma ciudad donde hace 68 años nació y donde triunfó con todas sus obras.

La carrera artística de Quintero fue intensa y diversa: teatro, radio, televisión, cine... Son numerosos sus trabajos como escritor, actor, director, productor, cantante, declamador, conductor de programas y narrador, pero fue en el teatro y en los musicales, siempre de sabor cubano, donde más a gusto se sintió y destacó, y en el espacio donde más conectó con el público. Contigo pan y cebolla marcó su primer gran hito en la escena cubana. Desde que se estrenó, a comienzos de los años sesenta, se convirtió en un clásico y todavía hoy se sigue representando, al igual que El premio flaco (1964). Ambas piezas le valieron numerosos premios, sobre todo la segunda, ambientada en un miserable barrio de vecinos de La Habana a finales de los cincuenta representada en América y Europa.

Otras obras suyas son Estoy aquí, Aquello está buenísimo (monólogo), Sábado corto y Te sigo esperando, escritas en la década del noventa y muy elogiadas por el público. Como actor, fue integrante de diversas compañías, entre ellas el Conjunto Dramático Nacional, el Teatro Estudio y el Teatro Musical de La Habana, institución que dirigió durante 12 años. Entre 1962 y 1969 trabajó como guionista de radio y televisión. Era un amante de la comedia musical y compuso la música de todos sus espectáculos. También fue narrador de obras sinfónicas.

En una reciente entrevista, respondiendo a las críticas que le hacían de populachero por su defensa del teatro musical, decía: "Se ha desarrollado un culteranismo, una élite enferma que la conforman muchos intelectuales, críticos y administrativos de la cultura que no tienen idea de la importancia de los musicales en el país de la música. Yo soy resultado de esa guerra estética, he tenido que echarme al hombro la subestimación hacia el arte popular del teatro musical".

En los últimos años se entregó al proyecto televisivo El año que viene, que escribió y dirigió, retransmitido por la televisión cubana. En 2004 obtuvo el Premio Nacional de Teatro. Pocos días antes de morir, el teatro Hubert de Blanck de La Habana había cerrado la última temporada de Monseñor Bola, un homenaje al músico cubano Ignacio Villa, Bola de Nieve, con todas las entradas vendidas hacía semanas.