"Perder es una hipótesis que no contemplo"
En 32 años de gobierno, el PP solo ha estado un año en el poder. Gerardo Conde Roa (Santiago, 1959) está seguro de que está vez tendrán mayoría absoluta.
Pregunta. Cómo es la relación con los otros candidatos.
Respuesta. Buena. Con Cela tengo poca, pero es cordial. Con Bugallo es buena, a veces se le va un poco la mano en algunos calificativos, pero no soy rencoroso.
P. ¿Utiliza transporte público?
R. Sí, con muchísima frecuencia. Cuesta un euro y normalmente uso las líneas 5 y 15.
P. ¿Hace tareas domésticas?
R. Sí, lo que menos me gusta es a veces dar la comida a los pequeñines. Cuando empiezan a cerrar la boca y dar cabezadas es crispante. Hoy voy a hacer lacón con grelos. Cocino, ayudo y procuro hacer las tareas, en eso he mejorado sustancialmente.
P. ¿Se puede ser alcalde sin ser localista?
R. Sí. El localismo es una degeneración de la defensa de lo local. Es una ciudad que partiendo de algo muy local, como la situación de la tumba del Apóstol, se ha convertido en una ciudad universal. En Santiago el localismo es un pecado imperdonable. Eso no quiere decir que uno no defienda los intereses de la ciudad, pero Santiago tiene que jugar a algo más que a repartir almohadillas con el anagrama de Alcaldía.
P. ¿Tiene la Iglesia un papel demasiado relevante?
R. Tiene el que le corresponde. Es un poder espiritual, tiene un papel pastoral y de orientar la conciencia de los creyentes y de los no creyentes en muchos temas, porque no hace falta ser creyente para defender, por ejemplo, la vida, que no depende de religión ni de creencias. La Iglesia sigue manteniendo una importante presencial social, pero si se quiere ver influencia subterránea, creo que eso la Iglesia hace tiempo que lo ha dejado.
P. ¿La Cidade da Cultura vale lo que cuesta?
R. Indudablemente. Vale bastante más de lo que cuesta. Es un proyecto hacia el futuro, pero muy hacia el futuro. Cuando se planteen dentro de un siglo discusiones sobre su origen, algunos se llenarán de bochorno viendo sus posturas. Es la gran apuesta de Santiago cara al futuro.
P. Si no gana, ¿será su última campaña?
R. Es una hipótesis que no contemplo. Creo que esta vez vamos a gobernar y lo digo sin presunción. Son demasiados años de Gobierno y estamos viendo prácticas de finales de régimen.
P. El mandato fue a veces bronco, ¿cómo será la campaña?
R. Es una campaña diseñada en base a lo que nosotros creemos que tenemos que hacer para sacar los 13 concejales. Vamos a hacer una campaña de cambio, positiva, de ilusión, de renovación. Otros ya están metidos en el barro electoral. Nosotros no vamos a entrar ahí.
P. Contó con Feijóo, Fraga y Fernández Albor en la presentación de la candidatura. ¿Ya lo es solo la Xunta lo importante a gobernar en la ciudad?
R. El Gobierno de la ciudad tiene que reivindicar su propia personalidad. Cuando estábamos hablando en el 2000 del Año Santo, Bugallo decía que eso era cosa del Xacobeo. Es la ciudad tiene que dirigir, ordenar, presidir la celebración. El nuestro será un Gobierno con personalidad, no como este, de flotadores, que está flotando en el mar.
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