Ferrol, paraíso canino
Abre el primer parque de Galicia con aparatos de gimnasia para adiestrar perros
Un parque solo para perros. El universo canino de Ferrol aplaude la decisión del Ayuntamiento de habilitar la primera zona verde de Galicia para el uso y disfrute exclusivo de los canes. Hace años que los vecinos le reclamaban a la Administración local un espacio para liberar a sus mascotas del yugo de las correas sin molestar a niños y peatones. El gobierno ferrolano, del PSdeG, negoció con la empresa municipal de jardines la construcción de este recinto como parte del pliego de condiciones de la adjudicación y el resultado es el primer parque verde para canes "con un coste mínimo para las arcas locales".
"Es la primera infraestructura de la ciudad y la única en Galicia de estas características", destaca el concejal ferrolano de Medio Ambiente, Rafael Beceiro, más que satisfecho por la buena acogida de esta instalación que en los últimos siete días ha recibido "una media de 20 canes diarios".
Es un área cerrada donde los canes van sueltos pero bajo control del dueño
Un cartel anuncia clases para educar al animal y ponerlo "en forma"
El parque se abrió discretamente el pasado viernes, sin apertura oficial, justo el día que entraba en vigor la prohibición de realizar inauguraciones electorales. Se trata de un espacio de 1.300 metros cuadrados enclavado en el parque Pablo Iglesias, que conecta los barrios de Esteiro y Caranza, junto a la carretera de la Trinchera. Se divide en dos zonas acotadas para entrenar o pasear a los canes salpicadas con una docena de árboles, cinco bancos, dos papeleras y un dispensador de bolsas para recoger los excrementos. Una larga verja de un metro de altura rodea todo el perímetro del parque para evitar que los canes escapen y salten a la vía pública.
En la zona de adiestramiento, que ocupa 900 metros cuadrados, el Ayuntamiento colocó seis aparatos de gimnasia canina construidos con madera residual de las podas y neumáticos reciclados. Con sorprendente agilidad, hasta las mascotas mas remolonas se encaraman a la pasarela en zigzag, saltan vallas, exploran el túnel o se columpian en el balancín perruno. La segunda área de recreo es más pequeña (400 metros cuadrados) y no tiene más entretenimientos que el césped.
Misael, un militar de mediana edad, se ha quedado unos días al cargo de Yako, el jack rusell de su hija, y lo lleva siempre al parque canino porque "es un poco cabezón y así se desfoga". Celebra la creación de una zona específica para perros y, ayer, con el sol apretando, señaló que echa de menos "una fuente para refrescarlos". Opina que el problema de muchos perros "son los dueños", que "los educan como bebés, no como animales".
Dos enormes carteles advierten a los usuarios en la entrada del parque canino de que la puerta debe estar siempre cerrada, los excrementos en el colector y los perros bajo control de su dueño y con las revisiones y vacunas correspondientes a su edad y pedigrí. Sobre todo, se exige que los perros de razas consideradas potencialmente peligrosas desde 1999 por la legislación española (pit bull, bull terrier, terrier americano, dogo argentino, fila brasileño, tosa inu y akita inu) estén siempre sujetos por un adulto sin antecedentes, con licencia, seguro de responsabilidad civil (120.000 euros), correa y bozal. La normativa municipal obliga a los dueños a censar a sus mascotas, peligrosas o no.
"La gente se lo salta a la torera", apunta Emilio, un usuario del parque canino de Ferrol que pasea a sus mascotas, dos perros beagle a los que llama Pepe y Lara. Cuenta que en "hora punta", alrededor de las ocho de la tarde, en el recinto se juntan "más de treinta perros". Y explica que ha visto a jóvenes menores presumiendo de llevar por escolta un perro potencialmente violento y sin correa.
En el registro local de perros peligrosos de Ferrol figuran 105 ejemplares inscritos y Narón tiene censados 96 y otros cuatro en trámites, según los técnicos municipales. En ambas localidades son numerosas las denuncias de particulares y los partes de la Policía Local que alertan de la presencia de perros violentos sueltos, canes abandonados, o molestias a otros vecinos en forma de ladridos o desperfectos. En 2010 Narón sancionó a nueve propietarios que incumplían la normativa por no identificar o sujetar a sus mascotas. No obstante, hay dueños que reinciden y acumulan varios perros peligrosos sin control administrativo.
Esta semana, la aparición de una perra en celo en el parque canino desató los instintos de media docena de animales que se enzarzaron en una pelea que acabó con varios mordiscos y una denuncia. Un adiestrador ha aprovechado la apertura del recinto para colgar esta semana media docena de letreros en los que oferta sus servicios de paseo, peluquería y entrenamiento a domicilio. Promete al propietario convertir a su mascota en un perro "obediente, sociable y en forma".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.