18 años de cárcel por 16 días de rapto
Condena a cinco de los ocho acusados de secuestrar al empresario Ávila
No era la pena que pedían ni la fiscalía ni la acusación particular pero los responsables del secuestro por motivos económicos más largo de los que existe registro en España ya tienen condena. Luis Miguel Rodríguez Pueyo, el cabecilla e ideólogo del rapto del empresario Rafael Ávila durante 16 días en una cuadra de caballos, tendrá que pasar 18 años y medio en la cárcel. Otros cuatro acusados se reparten penas de entre 15 años y medio y 13 años y medio de prisión. Los otro tres imputados han quedado absueltos. Según la sentencia notificada ayer, Rodríguez Pueyo, conocido por su vinculación con el caso Arny, acuciado por las deudas asumió la identidad de su hermano Joaquín. Pensó en un secuestro. Primero lo intentó con el hijo de Francisco Hernando, el constructor conocido como El Pocero. Al fallar optó por una víctima más fácil, Rafael Ávila. Se valió de un amigo suyo, Manuel Ibáñez.
El secuestro se ejecutó en 2008 y el lugar para esconder al empresario fue la casa que Raúl Brey -pariente de Mariano Rajoy Brey- tenía en Almonte. El guardián fue el joven José Antonio Giles, que vigiló la cuadra de caballos donde Ávila pasó 16 días. Los magistrados de la Audiencia de Cádiz también consideran probado que un hijo de Rodríguez Pueyo, Miguel, colaboró en el secuestro.
La pena más alta recae en el cabecilla porque a los delitos de secuestro y contra la integridad moral, se le añaden penas por un delito contra la salud pública -porque el secuestrado fue drogado-, de falsedad documental y usurpación del estado civil. Los magistrados añaden la agravante de disfraz, aunque no atienden la petición de penas de la fiscalía o la acusación particular, que llegaron a pedir 31 años para Rodríguez Pueyo. Entre otras cosas, porque no asumen que los acusados formaran una asociación.
Han sido absueltos tres de los acusados: dos hermanos acusados de colaborar en el intento de cobro de rescate y otro hijo de Rodríguez Pueyo, Luis Antonio, que pasó 35 meses en la cárcel. "Las pruebas de la acusación son sólidas pero existe una duda razonable". Le salvó haber ganado la lotería. La fiscalía le consideraba el principal sospechoso de haber financiado el secuestro pero los magistrados no lo tienen claro.
Los secuestradores no podrán estar a menos de 300 metros de Ávila y cada uno debe pagarle por los daños morales, psicológicos y físicos 300.000 euros.
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