Conde Roa encarga su campaña al edil detenido por conducir ebrio
Tres semanas después de haber sido detenido por la Policía Local de Santiago dormido y ebrio con el coche en marcha ante un semáforo, de que un juez lo condenase a diez meses sin carné de conducir y una multa de 1.200 euros y de haber dimitido a consecuencia de todo lo anterior como concejal y candidato del PP, Ángel Espadas regresa a la política como coordinador de campaña de su partido en Santiago.
La designación se produjo la noche del martes en la ejecutiva local del partido a propuesta del presidente y aspirante a alcalde, Gerardo Conde Roa. El líder del PP en Santiago defendió la trayectoria de Espadas y recordó que había sido su "mano derecha" al frente de la formación conservadora durante los últimos cuatro años.
El anuncio causó sorpresa entre varios de los asistentes a la ejecutiva, que recuerdan cómo el propio Conde Roa se comprometió a recuperar a Espadas dentro de 10 meses cuando hubiera cumplido su "deuda con la sociedad", en alusión al período de retirada del carné de conducir. La decisión de Conde Roa pone en cuestión además las órdenes dictadas desde la sede regional cuando estalló el caso. Dirigentes populares sostienen que fue el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien tras leer las noticias sobre el atestado de Espadas en la prensa, pidió al responsable provincial del partido que actuase para atajar el escándalo y se cobrase la cabeza de Espadas.
Precariedad de medios
Las mismas fuentes apuntan que la causa de este cambio de planes es la precariedad de medios con la que cuenta Conde Roa para intentar desbancar al bipartito que gobierna Santiago, pese a que el PP está muy cerca en las encuestas de llegar al décimotercer concejal que le otorgaría la mayoría absoluta.
En la ejecutiva se designó portavoz del grupo municipal a Paula Prado, diputada autonómica y peso pesado en la agrupación local. Conde Roa aprovechó la reunión para prevenir a los presentes contra el nombramiento de Miguel Cortizo como delegado del Gobierno, a quien tildó de "siniestro amigo de Rubalcaba". Asistentes a la reunión afirman que el líder del PP advirtió a sus compañeros para que cuidasen sus comunicaciones telefónicas y correos electrónicos, ante el peligro de que fueran interceptados por los cuerpos policiales dependientes de Rubalcaba.
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