Ordóñez admite que la reforma de las cajas se ha hecho con retraso
La AEB y los banqueros critican el excesivo apoyo del Estado a estas entidades - El supervisor advierte de que sin cambios en la gestión no llegarán inversores
El ambiente está muy caliente entre supervisores, banqueros y directivos de cajas. Son muchos meses de reformas, inyecciones de capital público, guerra de depósitos, cajas que se ahogan y dificultades para financiarse en los mercados. Ayer, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, aprovechó una comparecencia para delimitar responsabilidades en este ambiente crispado.
"Ahora se ve con claridad que la reforma de la gobernanza de las cajas y su sometimiento a la transparencia y disciplina del mercado" (cotizar en Bolsa) "se debería haber acometido antes, en los buenos tiempos y no en medio de la crisis. También se debería haber reformado entonces la legislación de gestión de crisis bancaria que no servía para tratar entidades no mercantiles". Ordóñez insistió en que los cambios se debían haber acometido en los años de expansión de la economía, "cuando todo parecía ir bien y se ignoraban los problemas que acabarían surgiendo por acumular desequilibrios". La acusación iba dirigida al PP y al PSOE, que no transformaron el sector financiero durante la burbuja.
Los banqueros creen que las cajas con dinero público no se reestructurarán
Pero algunos analistas también creen que los gobernadores, sobre todo Jaime Caruana, e incluso el propio Ordóñez, podían haber hecho más en este sentido. Incluso cuando el gobernador fue secretario de Estado de Hacienda, entre 2004 y 2006. Otros observadores creen que con este mensaje Ordóñez se aleja del Gobierno de Zapatero y de la ministra Elena Salgado.
Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB) y subgobernador desde 1992 a 2000, aprovechó las jornadas organizadas por Deloitte, Abc, SAP y la Sociedad de Tasación para criticar el correcto escenario dibujado por el supervisor en el que no habrá sitio para "entidades zombis", como había afirmado la AEB. Martín explicó: "En la reestructuración, algunas entidades que están mal han contagiado a otras y se perciben como un riesgo para la marca España". Incluso apuntó que la capitalización pública incrementa el peligro de "demorar la reestructuración" porque las entidades "pensarán que el Estado respaldará sus deudas. Algunas integraciones no son óptimas".
Antes de la intervención de Martín, el gobernador había declarado que lo importante de la crisis de la Caja del Mediterráneo (CAM) es que "al final, la entidad resultante tendrá el 10% de capital". Preguntado Martín por si los 2.800 millones solicitados por la CAM serán suficientes para alcanzar el nivel de capital, apuntó: "Con capital público cualquier persona es capaz de cumplir con cualquier requerimiento".
Ordóñez advirtió a las cajas que sin "reformas en el gobierno corporativo" "muy probablemente el mercado no volverá a prestar a quienes no garanticen una profesionalidad equiparable a otras entidades". Entre los ejecutivos que le escuchaban se preguntaron por qué no promovía el gobernador esos cambios en las cajas.
En velada crítica al Gobierno y el PP, Ordóñez dijo que el reciente Real Decreto de Recapita-lización demuestra que "felizmente se comprendió que lo hecho hasta entonces no era suficiente y era necesario tomar medidas adicionales". También señaló que las predicciones macroeconómicas del Gobierno, con las que discrepa el Banco de España, "son muy viejas. No sé cuáles harán ahora".
Ordóñez defendió que no se actuó tarde en la recapitalización de las cajas porque "primero había que sanearlas y después inyectarles capital". Advirtió al sector de que 2011 "será uno de los años más duros" y que el crédito no crecerá. Todo su discurso se centró en que "se puede perder con facilidad" la confianza de los mercados si no se profundiza en las reformas de cajas, gasto público, pensiones y laboral. Reclamó que "los empresarios puedan ofrecer empleos con salarios acordes con su productividad" a los parados.
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