El puerto de Vigo autoriza un desguace a 20 metros de las casas
El proyecto carece de estudio ambiental y de permiso de Medio Ambiente
Las alegaciones de vecinos, ecologistas y otras empresas ubicadas en la zona han sido en balde, y la Autoridad Portuaria ha accedido a la solicitud de concesión de unos astilleros de Vigo para el desguace de barcos, una actividad molesta, peligrosa y con un elevado riesgo de contaminación. La autorización aún debe ser refrendada por el Consejo de Administración del Puerto, pero la empresa ya lleva al menos un año realizando tareas de reciclaje de barcos en desuso de hasta 50 metros de eslora, en unas instalaciones ubicadas entre dos playas y a escasos 20 metros de las casas, en el corazón del populoso barrio vigués de Teis.
La autorización a Astilleros y Varaderos Montenegro fue aprobada el pasado 26 de enero con un informe favorable del director del Puerto, Luis Lara, y avalado por la presidenta, Corina Porro. En ese documento, se desestiman todas las alegaciones presentadas en contra del proyecto y se atienden los únicos razonamientos a favor del departamento de Explotación Pesquera y Medio Ambiente de la Autoridad Portuaria y de la propia empresa. El expediente no cuenta con la preceptiva autorización de gestor de residuos que debe conceder la Consellería de Medio Ambiente, como tampoco con estudio ambiental alguno.
Astilleros y Varaderos Montenegro es una empresa que se encuentra en concurso de acreedores. Precisamente los motivos económicos justifican la ampliación de la Autoridad Portuaria, que, tras el análisis de las alegaciones y de las explicaciones de la empresa, concluye que la actividad autorizada es "de gran interés para el sector pesquero". Las conclusiones del Puerto, que ocupan ocho líneas del informe, se completan con la consideración del desguace como simple "actividad complementaria" de los servicios que ya prestaba como astillero-varadero. "Deberá prevalecer el interés general frente al particular", zanja Luis Lara, para justificar el informe favorable a la solicitud de la empresa.
En su respuesta a las alegaciones presentadas, la empresa justificó la solicitud como "consecuencia de la actual situación financiera" que atraviesa Astilleros y Varaderos Montenegro, y sostiene que la nueva actividad es "en esencia igual" que la que ya prestaba. y que incluso reducirá los riesgos. Argumenta igualmente que "no existe informe en contra del Ayuntamiento de Vigo". Esta observación se basa en un documento municipal que, lejos de autorizar el desguace, repasa las exigencias legales que requieren unas instalaciones de este tipo.
Todos estos argumentos son muy distintos de los que manejan vecinos y ecologistas. La asociación de Teis Voces polo Litoral, que ha presentado un recurso de reposición contra el permiso, denuncia que el proyecto carece de evaluación de incidencia ambiental y de licencia municipal, que la recogida y el almacenamiento de materiales peligrosos comparten el mismo espacio y que la actividad conlleva un alto riesgo de incendio y explosiones. También lamenta el uso de vehículos pesados por el angosto camino sin salida que da acceso a las instalaciones y la emisión de humos, olores y ruidos molestos para las casas anexas, además de su incompatibilidad con el uso de las playas.
Otra empresa de la zona, Varadero Pérez Méndez, ya denunció en julio de 2010 que el desguace de buques se venía realizando sin autorización y que la actividad infringe la legislación, pues se realiza sin el previo y necesario informe sobre el impacto medioambiental y sin estudios sobre la dinámica del litoral. Advierte además que los trabajos de Montenegro pueden perjudicar los derechos de Pérez Méndez como concesionario, ya que entorpecen e incluso imposibilitan las operaciones que realiza en su varadero.
Un incendio en verano
Factores económicos, laborales y ambientales han hecho que el desguace de buques no resulte una actividad apetecible en los países desarrollados. Así, desde 1990, la actividad se ha desplazado a empresas de India, Pakistan y Bangladesh, con costes laborales ínfimos y sin asumir prácticamente gastos en seguridad e higiene, como se puso de manifiesto en el IX Congreso de Medio Ambiente, que se celebró en Madrid en diciembre de 2008.
El Puerto de Vigo y la empresa argumentan, en cambio, que el desguace no es molesto ni peligroso. Todas las alegaciones a la autorización discrepan. "La diversidad de sustancias, componentes y materiales que van a bordo de los buques (pinturas, combustibes, aceites, baterías, amianto), muchos de ellos peligrosos, de conformidad con la normativa de residuos, exige un proceso de desmontaje controlado en centros debidamente autorizados", razona una de las alegaciones.
La normativa de riesgos laborales exige a estas instalaciones una estructura mínima de trabajadores con una capacitación adecuada y, por ejemplo, un sistema de respuesta ante incendios o emergencias. "Ninguna de estas circunstancias ha sido acreditada", alertan los opositores al cementerio de barcos. Un incendio registrado el pasado verano en el desguace corrobora esta denuncia, advierten los vecinos.
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