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Entrevista:MARCHENA | Defensa del Villarreal | FÚTBOL | 30ª jornada de Liga

"No sé venderme"

Licenciado en Turismo y amante de la pintura, Carlos Marchena (Las Cabezas, Sevilla; 1979) es uno de los jugadores más laureados del fútbol español -69 veces internacional y 58 partidos seguidos con La Roja sin perder-, pero también de los más vilipendiados.

Pregunta. ¿Qué le debe España a Luis Aragonés?

Respuesta. Se atrevió a no optar por nombres, sino por hombres y un estilo. Lo cambió todo. Marcó un punto de inflexión. Pensó "que salga el sol por donde quiera' y pasó de hacer un papel que no le gustaba a optar por la gente en la que creía. Como lo iban a echar o se iba a ir, decidió morir con sus ideas. En el tema de Raúl ejerció de Luis Aragonés.

P. ¿Cómo superó usted los palos que les cayeron a los centrales antes de la Eurocopa de 2008, que se acabó ganando?

"No soporto la hipocresía. En el campo no estoy para hacer amigos"
"Me llaman páter porque intento que los jóvenes saquen su talento"

R. Gracias a Luis, que nos dijo que éramos sus hombres. Perdimos un amistoso ante Perú, en Huelva, con un gol de Sergio Ramos en propia puerta que me achacaron a mí y pareció que se terminaba el mundo. Pero por dentro nos sentíamos fuertes y protegidos. En el Mundial de Sudáfrica, lo mismo. Perdimos ante Suiza y parecía todo un desastre. A Busquets se le criticó mucho. Pero estábamos tranquilos.

P. Puyol tiene 32 años y usted va en camino. ¿Fin de una época de centrales en la selección?

R. En las categorías inferiores hay mucho nivel. Esperemos que las generaciones posteriores den el valor de donde está ahora el fútbol español, de no volver adonde estábamos.

P. Pese a su brillante carrera, está etiquetado como un jugador desastre, que da patadas o protesta. "Cosas de Marchena", se dice.

R. Yo estoy muy satisfecho de haber jugado con grandes equipos y muy buenos compañeros y de haber ganado muchas cosas que no me había ni imaginado.

P. ¿Se transforma al vestirse de futbolista?

R. Yo no soporto la hipocresía. Todo futbolista quiere ganar y ayudar al equipo utilizando las armas que puede. En el campo no estoy para hacer amigos. Pero, terminado el partido, somos personas. Intento ser bueno y ayudar.

P. ¿Sigue pintando?

R. Menos. La pintura la recomiendo para la gente con mucho estrés. Después de un partido nos cuesta desconectar y dormir. No puedes leer ni ver una película. Pintar es una sensación muy agradable. Me permite concentrarme.

P. Se sentirá orgulloso de ser apreciado por los compañeros.

R. Son los que más te conocen. Con todos los respetos, si a una persona de Santander, por ejemplo, le caigo bien o mal, en mi vida no es tan importante.

P. ¿Por qué le llaman páter?

R. Porque soy muy pesado, intento ayudar, dar ánimos, tranquilizar... Como un padre. Aquí, en el Villarreal, también. Intento que la gente joven se encuentre cómoda para poder sacar su talento.

P. Mata le tiene mucho cariño.

R. Matita llegó muy joven al Valencia. Al principio, le costaba un poco e intenté ayudarle.

P. Eso contrasta con la escisión en el vestuario del Valencia en diciembre de 2007, con los tres apartados por el club [Albelda, Cañizares y Angulo], con los que tiene una relación muy fría.

R. Quien tenga un problema conmigo, allá él. Yo tengo un camino. Voy recto y quien me quiera encontrar sabe dónde encontrarme. No voy dando tumbos.

P. ¿Cuál fue su postura?

R. Intentamos ayudar. Incluso hubo más compañeros que estuvieron en la cuerda floja y eso no lo sabe nadie. Fuimos por detrás, no de cara al público, para que se portaran bien con ellos y [los directivos] nos dijeron que no, que era definitivo. Tratamos de salvar al club. Si nos descuidamos, estábamos en Segunda. Ganamos la Copa del Rey y no hubo apenas celebración. La vida pone a cada uno en su sitio.

P. ¿No se supo la verdad?

R. No se sabe todavía.

P. ¿Su salida del Valencia, el verano pasado, se debió a aquello?

R. Hice un buen año, fui al Mundial, quedé campeón, me plantearon la salida y apareció el Villarreal, un destino perfecto.

P. En el Valencia debió de disfrutar con Ayala, Djukic y Pellegrino.

R. Llegué con 21 años y ellos venían de jugar dos finales de la Champions. Cada uno tenía su fuerte y yo cogía detallitos que me permitían mejorar. También me fijaba en los de delante.

P. Porque también ha jugado mucho de mediocentro y, técnicamente, es mejor de lo que parece.

R. Pero tengo una imagen. Yo tengo mucha culpa porque cambio mucho si me conocen a si no me conocen. Tengo prontos en mi carácter. Pero luego no soy una persona de saber venderme.

P. ¿Cómo es el Villarreal?

R. Te encuentras más cómodo porque las jerarquías están mucho más claras. La diferencia es la inestabilidad del Valencia: a veces no sabíamos a quién dirigirnos.

P. ¿Le recuerda Garrido a algún entrenador anterior?

R. A Benítez por el mensaje diario, por tener a todo el mundo enchufado cada día. Tiene su estilo y una fuerza tremenda.

P. ¿Era Mourinho tan arrogante en el Benfica?

R. Estaba empezando y tenía un estilo definido y muy directo con el jugador. Te daba tres ideas claras. Tuvo algún problema con el presidente, pero yo, al ser joven y español, no me enteraba mucho de lo que sucedía.

P. ¿Se enfadó mucho cuando el Sevilla le vendió al Benfica?

R. Fue el palo más grande de mi vida. Llevaba 10 años en el Sevilla. Era sevillista, era mi vida. Un amigo me dijo: "Estás pagando en el Valencia la misma moneda que pagaste en el Sevilla".

P. ¿Qué espera ante el Barça?

R. Humildemente, aspiramos a quitarles la pelota. No renunciaremos a jugar en su campo, no nos limitaremos a defendernos. Nuestro estilo también es tener el balón. Un partido muy bonito.

P. ¿Influirá la ausencia de Xavi, su viejo compañero de Nigeria 1999, donde fueron campeones del mundo juveniles?

R. Al enfrentarnos, él se alegra si no estoy yo y yo si no está él.

Marchena, el jueves pasado en la ciudad deportiva del Villarreal.
Marchena, el jueves pasado en la ciudad deportiva del Villarreal.ÁNGEL SÁNCHEZ

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