La OMC concluye que Boeing recibió ayudas ilegales, igual que Airbus

La batalla que desde hace seis años libran Boeing y Airbus en Ginebra quedó ayer en tablas. La Organización Mundial del Comercio cuantificó en 5.300 millones de dólares (3.740 millones de euros) el apoyo público ilícito que recibió el gigante aeroespacial de EE UU para desarrollar aviones como el B-787 Dreamliner.

El dictamen también hace referencia a las subvenciones de los Estados de Washington, Kansas e Illinois, así como las ayudas de los Departamentos de Empleo y Comercio de EE UU. Airbus había estimado el daño directo de todas las ayudas en 19.000 millones. Pero la OMC lo rebajó a un tercio.

EADS, la matriz de Airbus, se apuntó en cualquier caso el tanto al decir que la decisión obligará a Boeing a "dejar de negar y minimizar la masa de subsidios ilegales que recibe". Pero el pasado verano, la OMC ya tumbó el mecanismo que permitió al consorcio europeo financiar el lanzamiento de modelos como el A-380, al considerar que recibió préstamos públicos sin riesgo.

Boeing admite haber recibido 2.700 millones de financiación ilícita, pero matiza que es una cantidad menor comparada con los 20.000 millones de los que se beneficio Airbus. "Esta decisión acaba con el mito de que los Gobiernos europeos deben subsidiar ilegalmente a Airbus para compensar la asistencia que el Gobierno de EE UU da a Boeing", responden desde Chicago.

Tanto Boeing como Airbus pueden apelar el dictamen. Pero este doble desenlace podría hacer que los dos fabricantes den un paso atrás y opten por resolver la larga y costosa disputa de los subsidios, para preservar así su lucrativo duopolio frente a competidores en Brasil, Canadá y China. El aeronáutico es un mercado que se calcula en 1,5 billones.