Arenas trampea con la Intervención

El mismo día en que los jueces reabren el caso del espionaje político en la Comunidad de Madrid y que la investigación de la trama Gürtel alcanza a la exalcaldesa de Jerez del PP María José García Pelayo, Javier Arenas intentó ayer extender la confusión en la Cámara andaluza. Al menos consiguió desencadenar una bronca enorme al mantener que poseía los documentos que demuestran que la Junta conocía el fraude de los ERE y que las irregularidades llegaron al Consejo de Gobierno. En realidad, pruebas no tenía ninguna, pero presentó las modificaciones presupuestarias de la partida de ayudas a los trabajadores afectados por los expedientes de regulación de empleo como si fueran tales.

Recio escribió en Twitter: "¿Me preguntarán por las redes sociales?"

Arenas pidió de nuevo la dimisión de Griñán "por mentir"

Las ampliaciones de créditos se aprobaron por el Consejo de Gobierno, al menos, durante los años 2005, 2006, 2007 y 2008 con los preceptivos informes favorables de la Intervención General, a los que ha tenido acceso EL PAÍS. El dirigente popular trampeó con las palabras y con gran protocolo acusó al Gobierno andaluz de ser consciente y permitir desde el primer momento las anomalías.

La estrategia del PP en el caso de los ERE apunta hacia el actual presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, al que acusa de conocer los informes de Intervención en los que se advertía en contra del procedimiento seguido para conceder las subvenciones. La Junta lo ha negado siempre y asegura que la Intervención no elevó un informe de actuación o código rojo alertando del menoscabo de fondos.

Arenas recurrió a una elaborada puesta en escena. Dijo que las fechas de cuatro modificaciones presupuestarias del fondo de ayudas para el empleo -de donde salió el dinero para pagar los ERE-, era la demostración "palmaria" de la complicidad del presidente y pidió, entre aplausos del PP, su dimisión inmediata.

Los documentos, como después explicó el PP en conferencia de prensa, eran las mencionadas comunicaciones de cuatro modificaciones para incrementar las partidas de los fondos. Lo que el PP no dijo es que ningún informe detectó indicios de un posible fraude.

Eso fue lo que señaló Griñán a Arenas en su respuesta, pero hasta llegar ahí, las palabras que fue desgranando el popular -con sus pausas, sus acotaciones y frases como: "Las caretas ya se han terminado"- tuvieron el efecto de un encrespado enredo que hizo brotar los insultos de una bancada a otra como mangueras a presión.

La secuencia se produjo así. Tras descalificar la acción del Gobierno autónomo y sostener que ahora lo único que le preocupa es ocultar los informes de los ERE, Javier Arenas pronunció una vez más el enunciado que se ha convertido ya en una especie de eslogan: "Usted supo, consintió y tapó". "Se estaban administrando fondos de nuestros parados al margen de la ley". Después preguntó con solemnidad: "¿Este asunto que tanto escándalo ha provocado en nuestra tierra se ha abordado alguna vez en el Consejo de Gobierno?".

El socialista le respondió rotundamente que no, que nunca, en el sobreentendido de que se refería a un informe de actuación de la Intervención General de la Junta de Andalucía que alertara de un posible fraude.

En el siguiente turno el popular rebatió con efectismo y la ovación de su grupo: "Yo le digo que sí". Y enumeró en tono elevado las fechas en la que se aprobaron incrementos. Mientras, el secretario general del PP, Antonio Sanz, gritaba mostrando unos papeles: "Ha mentido, ha mentido".La presidenta de la Cámara, Fuensanta Coves, llamó dos veces al orden a Antonio Sanz, que es un aviso de expulsión.

Entonces, Javier Arenas dijo que el incremento del "fondo de reptiles" [el fondo de ayudas] se llevó al Consejo de Gobierno al menos en cuatro ocasiones para aumentarlo. "¿Esa es la razón por la que no entrega las actas de las reuniones a la juez?", apostilló. Luego señaló: "Usted conoció los informes de la Intervención General, llevo estos fondos al Consejo de Gobierno al menos cuatro veces, por lo que queda demostrado palmariamente que este asunto no termina en un director con Manuel Chaves y con usted. Usted hoy ha mentido, le pido que presente su dimisión".

Griñán replicó -en medio del fuego a discreción de gritos y abucheos que entablaron socialistas y populares-, que no solo han ido al Consejo de Gobierno cuatro veces los incrementos de estas ayudas, sino muchas más, porque las cantidades están incluidas en los epígrafes correspondientes de los presupuestos, que se aprueban en el Consejo de Gobierno, lo mismo que sus modificaciones. Pero eso no tiene nada que ver con irregularidades o fraude, que, reiteró, nunca se han tratado en las reuniones del Ejecutivo.

Insistió en que los informes de la Intervención General de Hacienda no propusieron jamás actuación, aunque sí una modificación de procedimiento "al ente gestor", recordó.

Una vez acabado el duelo quincenal entre Griñán y Arenas, los miembros del Gobierno fueron al encuentro de los periodistas para explicar las modificaciones presupuestarias. El enfado de la consejera de la Presidencia, Mar Moreno, por lo que consideró una manipulación de Arenas, era monumental, pero no mayor que el que tenía la consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo.

Esta en un corrillo con la prensa, informal pero con varias cámaras de televisión, intentó explicar las objeciones de la Intervención al procedimiento seguido para tramitar las ayudas a los ERE con un símil un tanto surrealista. Y puso como ejemplo que elegir un método administrativo u otro es lo mismo "que ponerse una camisa o un niqui". "Lo que dice la Intervención General es que, en lugar de la camisa que tú llevas [dirigiéndose a un periodista], deberías ponerte un niqui".

El informe de la Intervención dice que la dirección general de Empleo, tutelada por Javier Guerrero ( imputado de prevaricación, malversación y tráfico de influencias), "ha tramitado subvenciones excepcionales prescindiendo de la forma total y absoluta del procedimiento administrativo establecido".

Como en los tres plenos anteriores, todas las iniciativas del Partido Popular giraron sobre el caso de los ERE. Los diputados conservadores repitieron en la sesión de control los mismos argumentos: los gobernantes socialistas conocieron y taparon "la trama de corrupción". Como ya ocurrió hace dos semanas, el candidato del PP a la alcaldía de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha quedado exento de participar en esta batería, después de saberse que fue él quien negoció y autorizó el ERE de la cuenca minera de Riotinto, un caso que cuando saltó a la prensa su jefe Javier Arenas lo calificó de "espeluznante" al creer que lo había firmado el PSOE.

Los populares también pidieron la reprobación de los consejeros de Empleo, Manuel Recio, y de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo. Recio, que informó en Facebook de los resultados definitivos de la investigación interna abierta por su consejería, colgó ayer tres tuit mientras seguía el pleno sentado en su escaño, que se encuentra justo delante del de Javier Arenas. Escribió: "Aguayo: 'Al PP le va más la Gramática que la Aritmética'. Gramática parda diría yo"; "Arenas insiste en hacerme el Consejero de las redes sociales. Para mí es un gran honor!!!"; "A continuación tengo cuatro preguntas en el Parlamento. ¿Creéis que me preguntarán por las redes sociales? Tic tac, tic tac".

La portavoz del PP, Esperanza Oña, pidió la reprobación de Recio y Aguayo por "mentir a los andaluces" en el caso de los ERE. Al consejero de Empleo le volvió a reprochar su "irresponsabilidad" por informar en Facebook "de lo que niega al Parlamento". Y lo tachó de nuevo de "quinceañero". A Martínez Aguayo le afeó el que no hubiera avisado a Griñán, cuando este era consejero de Economía y Hacienda, de las advertencias contra el procedimiento de la Intervención. "Es una consejera que ha decidido quemarse a lo bonzo y que está inmolada, habiendo dilapidado su honorabilidad para defender unas políticas corruptas y a un presidente que lo sabía todo".

El PP se quedó solo en esta votación, ya que obviamente, los socialistas la rechazaron, mientras que Izquierda Unida tampoco la apoyó (se abstuvo) porque su estrategia es otra. "No vamos a trabajar para ustedes", argumentó el diputado izquierdista Pedro Vaquero.

A Esperanza Oña le irritó la posición de Izquierda Unida porque dejaba al PP aislado en la votación y tras advertir que no le extraña -"son conocidos y sabemos de qué van"-, pasó a palabras mayores, al acusar a IU de "prostituirse por un escaño en el Gobierno del PSOE".

Vaquero reclamó luego un turno para pedir a Oña que retirase esa afirmación porque "no responde a la dignidad de la Cámara". Oña no sólo no rectificó sino que puso aún más pimienta: "No la retiro, y añado: prostituirse políticamente". El uso de este adverbio es muy común en algunos políticos para poder decir las mayores barbaridades posibles o acusaciones muy fuertes. Creen que al agregar la palabra "políticamente" están corrigiendo sus exabruptos.

El socialista Felipe Sicilia acusó al PP de retorcer el caso de los ERE con mentiras y le reprochó una doble vara de medir con la corrupción. "Nosotros los llevamos a los tribunales, mientras que ustedes a sus trincones los protegen y se van a jugar al pádel con ellos", en referencia a la foto de Arenas con el extesorero del PP, Luis Bárcenas.