Junta y juez chocan por las actas reservadas
Griñán rechaza dar toda la información de las reuniones del Gobierno desde 2001 al no motivar Alaya la petición - El conflicto puede acabar en el Tribunal Supremo
El Gobierno autónomo no quiere un Wikileaks andaluz y se plantó ayer ante la juez que investiga los fraudes en los expedientes de regulación de empleo (ERE) pagados con fondos públicos. En un auto firmado el pasado 21 de marzo, la titular del Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla, Mercedes Alaya, pidió a la Junta de Andalucía las actas de los Consejos de Gobierno desde 2001 hasta la actualidad, unas 480 reuniones, sin concretar qué acuerdos o informes quiere investigar, si tratan sobre los ERE fraudulentos o de cualquier otro asunto.
La investigación interna de la Consejería de Empleo ha establecido 183 irregularidades en el caso de los ERE, de los que 72 son intrusos (personas que nunca han trabajado en las empresas), que habrían recibido de manera indebida unos nueve millones de euros, y 111 "discordancias administrativas".
Mar Moreno afirma que la petición de la instructora es "indiscriminada"
Para algunos juristas, la decisión de la magistrada de pedir todas las actas del Consejo de Gobierno, cuyas deliberaciones son secretas, es muy discutible porque parece abrir una causa general contra todos los actos del Gobierno andaluz de la última década presidido por Manuel Chaves y, desde marzo de 2009, por José Antonio Griñán.
También parece pensarlo el Gobierno andaluz, que "desconoce absolutamente" las razones de por qué toda la documentación de los últimos diez años es útil a la investigación penal, según los servicios jurídicos de la Junta. Por este motivo, Griñán ha decidido no enviar a la juez todas estas actas mientras mientras Alaya no motive su petición.
El Ejecutivo andaluz considera que la petición de Alaya es "indiscriminada", está formulada "sin motivación alguna" y es "inédita" en el orden constitucional que establece la separación de poderes, ya que sólo el Consejo de Gobierno tiene la facultad para hacer públicos los documentos. Revelarlos, mantuvo ayer la consejera de la Presidencia, Mar Moreno, vulneraría la ley de Gobierno de la comunidad, que establece lo siguiente: "Los documentos que se presenten al Consejo de Gobierno tendrá carácter reservado hasta que el propio Consejo de Gobierno acuerde hacerlos públicos".
En opinión de Mar Moreno, que citó un informe de los servicios jurídicos de la Junta, la petición "indiscriminada, obligaría al Consejo de Gobierno a incumplir la ley, a renunciar a la naturaleza reservada de parte de sus sesiones o a renunciar a sus competencias". El Gobierno autónomo acordó ayer "ante la imposibilidad legal y material de levantar el carácter reservado de los documentos incorporados a las actas", ofrecer a la juez vías "alternativas" para obtener la misma información.
La Junta le pide a la instructora del caso de los ERE que baje el balón al suelo, precise su petición y requiera al Consejo de Gobierno la certificación de los acuerdos o informes concretos que el juzgado considere relevantes para la investigación del caso y certificación de inexistencia de acuerdos o informes concretos. En lo que parece estar más interesada Alaya, que ha reclamado a la Junta 57 informes, memorias, actas de distintos centros directivos y contabilidad de las empresas públicas y consejerías afectadas, son los informes de la Intervención General en los que se advirtió contra el procedimiento administrativo para tramitar los ERE. El Gobierno mantiene que la Intervención no elevó ningún informe de actuación o código rojo advirtiendo del menoscabo de fondos públicos.
Según Moreno, si la juez motiva su petición, el Gobierno levantará la reserva sobre esos documentos. En el caso "improbable", añadió, de que Alaya no acepte esta salida, la Junta cree que el asunto puede acabar en el Tribunal de Conflictos de Jurisdicción del Tribunal Supremo. Según la Junta, no existe ningún antecedente de este tipo y lo que dictamine el Supremo marcará un precedente para otras autonomías y para el Consejo de Ministros.
Con esta decisión de parar los pies a Alaya, la Junta, que está personada en el caso como acusación particular, corre el riesgo de que su estrategia de transparencia y colaboración con la juez de la que hace gala sea utilizada por la oposición para acusarle de ocultar información. "La Junta y la juez están en el mismo barco", subrayó Moreno.
La petición de la juez y la ley de Gobierno
El auto de la juez
"Requiérase a la Unidad Adscrita de Policía Judicial para que a su vez recabe copia de las actas de los Consejos de Dirección de la Consejería de Empleo, Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, Consejería de Economía y Hacienda, Consejería de Presidencia, y actas de los Consejos de Gobierno desde el año 2001 hasta la actualidad, documentación que una vez examinada será incorporada la que sea relevante para la investigación, devolviéndose el resto dado el carácter de la misma".
La ley de Gobierno
Artículo 30.3: "Los acuerdos del Consejo de Gobierno deberán constar en un acta, en la que figurarán, exclusivamente, las circunstancias relativas al tiempo y lugar de su celebración, la relación de los asistentes, los acuerdos adoptados y los informes presentados".
Artículo 31. Deber de secreto. 1. "Los documentos que se presenten al Consejo de Gobierno tendrán carácter reservado hasta que el propio Consejo de Gobierno acuerde hacerlos públicos".
2. "Las deliberaciones del Consejo de Gobierno, así como las opiniones o votos emitidos en él, tendrán carácter secreto estando obligados sus integrantes a mantener dicho carácter (...)".
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